Organizaciones campesinas se pronunciaron contra la supuesta “renegociación y actualización” del Acuerdo Nacional para el Campo (ANC) y los privilegios que se están dando a grandes empresas por medio de subsidios para la comercialización del maíz.
En rueda de prensa, acusaron a los funcionarios de la dependencia de actuar a favor de los grandes consorcios y convertirse en “oficialía de partes” de éstos.
En este sentido, Víctor Suárez, dirigente de la ANEC, destacó que a pesar de que el precio internacional del maíz bajó en 300 pesos por tonelada entre enero y mayo —cuando se firmó el segundo pacto de estabilización de la tortilla—, se sigue subsidiando con dos mil millones de pesos destinados a fletes en beneficio de empresas como Maseca, Pillgrim´s, Bachoco, Cargill, Grupo Viz y Tysson.
Con esto, sostuvo, se apoya 50 por ciento del precio agrícola bajo el “chantaje” de los grandes monopolios de que si no existe tal respaldo se incrementarían los precios del grano.
Respecto a la “renegociación” del ANC avalado la semana pasada por la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Recursos Hidráulicos, Pesca y Alimentación (Sagarpa) y centrales como CNC, el CAP, CCC, CIOAC, CODUC, COCP y UNORCA, Suárez Carrera expresó que la lucha campesina no debe ser por cuotas, ni prebendas, ni privilegios para unas cuantas organizaciones. “No caigamos en la negociación de migajas.”
Alfonso Ramírez Cuéllar, dirigente de El Barzón, apuntó que la “renegociación” o “pacto de confianza” del ANC es una “frase hueca” y consideró que es necesario romper el gremialismo exacerbado que ha perjudicado la lucha campesina.
Para Fernando Celis, dirigente de la CNOC, es un error de las organizaciones que avalan la renegociación con la Sagarpa recibir apoyos y dejar de lado las cuestiones estratégicas de política para el campo mexicano.
Víctor Suárez dio lectura a un comunicado conjunto del Consejo Nacional de Organizaciones Campesinas (Conoc), El Barzón-Alianza Nacional de Productores Agropecuarios y Pesqueros (ANPAP), Coordinadora Nacional Plan de Ayala (CNPA) y la Alianza Mexicana por la Autodeterminación de los Pueblos (AMAP), donde se expone que “sería muy grave que a partir de una supuesta actualización del ANC varias organizaciones campesinas entraran nuevamente en negociaciones de cuotas de recursos y a cambio se fracturara la unidad del movimiento campesino y se dejaran de lado sus demandas más estratégicas. Esto sólo contribuiría a una mayor dispersión del sector y al desprestigio y debilitamiento de la organización campesina”.
Las organizaciones firmantes hicieron un llamado a “mantener la unidad del movimiento campesino” y anunciaron un plan general de acción por la Soberanía Alimentaria y la Reactivación del Campo, que inicia en junio de 2007 y concluye el 1 de enero de 2008, donde destaca la campaña nacional Salvemos al Campo para Salvar a México, que contempla una movilización multisectorial de junio a diciembre de 2007.
Otra de las acciones es realizar la Semana Nacional de Movilizaciones por la Salvación del Campo, la renegociación del TLCAN y el Presupuesto Rural 2008 en la segunda semana del mes de octubre próximo, incluyendo una Marcha Nacional por la Salvación del Campo del Ángel de la Independencia al Zócalo de la ciudad de México; además se impulsará un boicot nacional al consumo de alimentos importados y de los monopolios agroalimentarios.
Las organizaciones advierten que si sus demandas no son atendidas por el gobierno federal y el Congreso de la Unión la propuesta es organizar a partir del primer minuto del 1 de enero de 2008 ayunos y bloqueos en los puentes internacionales y puertos para impedir la entrada de maíz y frijol.
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