Agroindustria

Pasto antártico contra el cáncer y el hambre

Los genes de esta planta de la familia de las gramíneas podrían ayudar a desarrollar fármacos para cuidar la piel de los rayos UV y crear vegetales más resistentes al frío

Científicos hallaron en el pasto antártico (de la familia de las gramíneas) que habita en la Antártida algunos genes capaces de anular el impacto de la luz ultravioleta, y cuyos principios activos se están aplicando en el desarrollo de fármacos contra el cáncer de piel.

“Hemos demostrado que algunas moléculas presentes en la Deschampsia antarctica, una especie de gramínea que habita en el continente blanco, son capaces de anular el impacto que provoca la radiación ultravioleta, aunque aún no sabemos si pueden curar el cáncer”, explicó el investigador Gustavo Zúñiga, de la Universidad de Santiago de Chile.

Junto a otros expertos chilenos, españoles y holandeses, Zúñiga trabaja en identificar las propiedades de la Deschampsia antarctica y la Colobanthus quitensis, las dos únicas plantas vasculares (con un sistema que transporta agua, minerales y otros nutrientes) que viven en la fría Antártida, una región en la que se concentra el agujero de la capa de ozono.

Los científicos, que ya han identificado y caracterizado los genes responsables de este proceso, han iniciado ahora tanto los trámites para patentar esos compuestos que presentan actividad anticancerígena, como su aplicación en el desarrollo de fármacos, algunos ya en fase intermedia.

Estos hallazgos también podrían aplicarse en la elaboración de nuevos cosméticos, la mejora de procesos industriales por sus propiedades antioxidantes e incluso en cultivos transgénicos, según Zúñiga.

Así, esa información genética se podría transferir a otras gramíneas —una familia de plantas entre las que se encuentran el trigo, el arroz, el maíz, la cebada o la avena, base en su conjunto de la alimentación mundial— que podrían verse afectadas por el cambio climático en todo el planeta.

En el campo teórico, el biólogo chileno León Bravo Ramírez, de la Universidad de Concepción, también avanza que si se identificaran los genes de la Deschampsia antarctica que determinan su resistencia al frío se podrían aplicar en otras gramíneas, ya que la mayoría de especies de esta familia se congelan a temperaturas bajo cero.

No obstante, advierte de que esa resistencia no está determinada por un solo gen, sino que es una respuesta multigénica, y actualmente no existe la tecnología necesaria para transferir un grupo grande de genes a otros organismos.

Fuente: EFE

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