Biotecnología

México debe avanzar en los transgénicos

El país está obligado a prepararse para la siguiente generación de biotecnología, una nueva revolución agrícola, pues vienen tecnologías muy importantes y si nuestro país no está preparado se frenará su adopción, aseguran especialistas

MÉXICO.— Durante 14 años, los productores de algodón transgénico han permanecido en el estatus de siembras experimentales. Tiempo que han esperando cambiar de fase para poder entrar a una etapa comercial en la que podrían garantizar un mejor precio y una mayor producción.

A diferencia de ellos, los productores de maíz esperan un trato distinto: ir más rápido en la fase de experimentación y llegar a la fase de comercialización en siete meses, y disminuir así el rezago que por 11 años de moratoria ha imposibilitado al país entrar a la producción de organismos genéticamente modificados (OGM).

México está obligado a prepararse para la siguiente generación de biotecnología, una nueva revolución agrícola, pues vienen tecnologías muy importantes y si nuestro país no está preparado se frenará su adopción, aseguraron especialistas.

Fabrice Salamanca, presidente ejecutivo de AgroBio México, afirmó: “Viene toda la biotecnología para alimentos funcionales… México necesita aceitar la maquinaria de aprobación, supervisión y monitoreo para que cuando estas tecnologías estén disponibles las podamos aprovechar.”

Empresas como Dow AgroSciences, DuPont-Pioneer y Monsanto arrancaron la fase experimental y esperan los resultados para finales de julio y una vez que ello suceda harán una nueva solicitud para la fase piloto y cumplir así tres meses antes de llegar a la etapa comercial.

En referencia al proceso que arrancó en el país, Eduardo Pérez Pico, director de Desarrollo Tecnológico y Asuntos Regulatorios para América Latina de Monsanto, detalló que hasta ahora las observaciones emitidas en la siembra experimental de maíz transgénico “van de acuerdo con las expectativas que se tenían”, por lo que esperan que una vez terminado el proceso de experimentación en su primera etapa, “la autoridad los evalúe positivamente”.

Aflojó el paso

Las plantas genéticamente modificadas tuvieron su primera incursión formal en el campo mexicano en 1988, año en el que se presentó la primera solicitud para importar y liberar en campo —específicamente en el área de Culiacán, Sinaloa— tomate con la característica de resistencia a insectos.

México se quedó en el camino frente al desarrollo de la tecnología en este tipo de cultivos y sólo mantuvo la producción de algodón, soya y alfalfa, con lo que se ubica en el lugar 15 del panorama de cultivos biotecnológicos y representan 0.1 por ciento del total de la producción mundial.

Estados Unidos se mantiene como el líder mundial en este campo, le siguen Brasil, Argentina, la India, Canadá y China, pero hay muchos otros países que tienen ya producciones de transgénicos.

Aumentar producción

Aunque no producimos transgénicos, sí los consumimos, dado que se realizan importaciones de granos que ya fueron modificados, los cuales provienen principalmente de Estados Unidos, Canadá y Argentina.

Datos de la Secretaría de Agricultura refieren que en los últimos cinco años las importaciones de los principales granos: maíz, soya y canola pasaron de nueve millones de toneladas a 13.5 millones de toneladas.

México importa, procesa y consume alimentos genéticamente modificados desde hace más de una década, lo que equivale a cerca de diez millones de toneladas de maíz anualmente, en su mayoría transgénico.

Mientras que en algodón 70 por ciento es transgénico y el resto convencional, refirió, Jorge Medina, director general del Consejo Nacional de Algodón.

Consumo y producción de granos crecen, pero no avanzan parejo

La expectativa es que la población mundial seguirá su paso creciente, de la misma manera que el consumo, tanto de carnes como de granos, pero no así el cultivo de los granos básicos, y en lo que respecta a la superficie cultivable avanza, pero a un ritmo mucho menor que el resto de los indicadores.

Para el año 2050, se prevé que habrá nueve mil 300 millones de habitantes en el mundo, con lo que la demanda de alimentos aumentará en las próximas décadas.

Veinticinco países tienen autorizada la plantación de cultivos biotecnológicos y otros 32 los importan, lo que eleva a 57 la cifra total de países que autorizan cultivos de este tipo.

Mientras tanto, la superficie cultivable sólo pudo aumentar 6 por ciento en los últimos diez años.

Cincuenta y siete países han otorgado autorizaciones a cultivos biotecnológicos, el primero de la lista es Japón, seguido de Estados Unidos y Canadá.

El 27 por ciento del maíz que requiere el mercado proviene de Estados Unidos, Canadá y Argentina, donde el cultivo es transgénico.

El 93 por ciento de la soya proviene de Estados Unidos y Brasil, también se trata de un producto genéticamente modificado.

Brasil desplazó a Argentina de la segunda posición de los productores mundiales de cultivos biotecnológicos.

Fuente: María del Pilar Martínez / El Economista

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