Biotecnología

Mitos y realidades de los transgénicos

La biotecnología moderna aplicada a la agricultura ya ofrece beneficios al productor mexicano. La evaluación de su inocuidad se realiza caso por caso para tranquilidad del consumidor. En el campo, su adopción se irá generalizando a medida que se informe con fundamento científico serio y objetivo a los productores y a los distribuidores de semillas.

El marco regulatorio de nuestro país se encuentra en constante evolución para garantizar en todo momento la aplicación responsable de este avance tecnológico que constituye la biotecnología moderna.

Si el siglo que pasó fue, desde el punto de vista tecnológico, el siglo del átomo y de la industria química, el siglo XXI lo será sin duda de la célula y de la biotecnología, sin dejar de lado al sector de las comunicaciones.

Los primeros productos transgénicos permitieron satisfacer la demanda de proteínas clave en el tratamiento de enfermedades como la diabetes o la anemia, uno de los primeros productos aprobado para uso directo en alimentos, sustituyó al cuajo microbiano, tradicionalmente empleado en la producción de queso, un alimento que data de siglos.

Casi un centenar de medicamentos novedosos ha surgido de la biotecnología moderna. Los productos de la segunda generación, las plantas transgénicas, son sujetos de un intenso debate, en particular en lo que se refiere a su impacto en el medio ambiente, su efecto en los sistemas de producción y en general en la economía campesina y su efecto en la salud. Estos desarrollos plantean un sinnúmero de cuestionamientos desde diversos enfoques.

Los alcances de la biotecnología moderna se extienden ya al sector agrícola, pues se dispone de más de una docena de plantas transgénicas con nuevas propiedades, en algunos casos de interés para el consumidor, en otros para el productor y en general para las grandes agroindustrias modernas. ¿Cómo afectan o pueden afectar estos nuevos productos al consumidor? ¿Cuál es el futuro de esta tecnología? Es necesario analizar cuidadosamente cuáles son los beneficios y cuáles los riesgos de esta nueva tecnología con el fin de analizarla racionalmente.

Seguridad de alimentos biotecnológicos

La nueva generación de alimentos derivados de la biotecnología moderna (donde se aplica la ingeniería genética), ha sido más evaluada que ningún otro alimento en la historia de la humanidad, y hasta hoy no se ha demostrado con estudios científicos, que el consumo de estos productos pueda tener algún efecto sobre la salud humana o animal.

La biotecnología ofrece opciones para dar solución a los problemas mundiales del campo, ya que brinda beneficios de tiempo, calidad y costo a los programas tradicionales de mejoramiento vegetal. Las plantas cultivadas han sido el blanco de un gran número de modificaciones genéticas y si bien los granos básicos han llamado la atención de los investigadores de todo el mundo, se han dirigido investigaciones también a frutales, hortalizas, forrajeras y ornamentales.

Una de las principales preocupaciones en el mundo es si las actuales técnicas y prácticas agrícolas permitirán satisfacer la demanda de alimentos de una población humana en continuo crecimiento. Los avances tecnológicos como la aplicación de la biotecnología a cultivos alimentarios constituyen una oportunidad para lograr este abasto.

Situación de los OGM en México y el mundo

Los primeros productos de la biotecnología agrícola fueron aprobados a mediados de la década de 1990 en el mundo, resultado de más de diez años de trabajos en laboratorio, en campo y estrictas evaluaciones de seguridad humana y ambiental. La aceptación de semillas con mejores rasgos agronómicos entre los productores no ha tenido precedentes.

Desde 1995, la Secretaría de Salud de México ha aprobado algunos productos biotecnológicos para consumo humano, por considerarlos inocuos.

Por otro lado, se ha autorizado la siembra de algodón resistente a insectos en el norte del país a escala precomercial, la siembra comercial de dos variedades de jitomate genéticamente modificado, y la siembra, dentro de un plan piloto, de soya tolerante a herbicidas en el sur del país. Diversos centros de investigación nacionales realizan pruebas experimentales con plantas genéticamente modificadas bajo estrictas medidas de seguridad, como el IBT de la UNAM en Morelos y el Cinvestav-IPN de Guanajuato.

Evaluaciones sanitarias de OGM

Las evaluaciones de riesgo actuales para los organismos genéticamente modificados (OGM) se llevan a cabo caso por caso y sobre fundamentos científicos sólidos, buscando siempre que los beneficios productivos, económicos y ambientales sean superiores.

Entre los organismos que han realizado evaluaciones de inocuidad a alimentos derivados de OGM están: Organización Mundial de la Salud (OMS), Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Agencia de Protección Ambiental (EPA) y la Administración de Alimentos y Fármacos (FDA) de Estados Unidos, Comisión Europea de Comités Científicos para la Alimentación y Nutrición Animal y grupos científicos y legales independientes. En México, la Secretaría de Salud.

Plantas transgénicas en México

En el valle de Mexicali, Baja California, durante el ciclo 2001 se sembraron 24 mil hectáreas de algodonero, de las cuales un grupo de agricultores establecieron 3,600 hectáreas de un algodón genéticamente modificado conocido como Bt, el cual es resistente a los embates del gusano rosado.

Este insecto es la principal plaga del algodón y generalmente su control requiere el empleo de abundantes y costosos insecticidas que dañan el medio ambiente. Así, a escala comercial, en 1999 comenzó la primera siembra del algodón resistente al gusano rosado en el valle de Mexicali (con aproximadamente 250 hectáreas) y gracias al éxito obtenido, para el ciclo 2001 la cantidad de hectáreas sembradas aumentó a 3,600.

El algodón Bt asegura la productividad de las cosechas, pues al habérsele añadido un gen de la bacteria Bacillus thuringiensis (encontrada naturalmente en la superficie terrestre), toda la planta genera una proteína tóxica contra el gusano. De esta manera, cuando el insecto consume cualquier parte del vegetal, la toxina reacciona en su estómago hasta provocarle la muerte.

Otro de los beneficios asociados a esta planta modificada es preservar el medio ambiente y la salud de los agricultores. El algodón es uno de los cultivos que más insecticidas requiere y en un ciclo generalmente se emplean de cuatro a cinco fumigaciones para distintas plagas, pero cuando menos dos de ellas están destinadas al control del gusano rosado. Sin embargo, con el uso del algodón Bt, se prescinde de las fumigaciones para esta plaga y sólo se aplican aquellas que van dirigidas a otro tipo de insectos, como la mosca blanca, que también afecta los cultivos de tomate, fríjol y soya.

Los agricultores que emplean la semilla de este algodón modificado ahorran por hectárea aproximadamente seis kilos de insecticidas por hectárea o 120 Kg de insecticida por parcela de 20 hectáreas, así como los correspondientes vuelos de fumigación, que en conjunto tienen un costo cercano a los 1,400 pesos por hectárea.

Un ejemplo de lo costoso que puede ser el control de las plagas con agroquímicos es el caso de la región conocida como la Comarca Lagunera, situada en Coahuila, donde hasta 1998 no se podía sembrar algodón debido a una fuerte presencia del gusano rosado. Su combate requería de hasta 16 fumigaciones por ciclo, que sumadas a los vuelos de aplicación representaban un costo bastante elevado y por ello nadie podía cultivarlo. Empero, con la entrada de la planta modificada, el cultivo se ha vuelto redituable al grado de que hoy se emplea en 90 por ciento de las hectáreas dedicadas a algodón.

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