Biotecnología

Oportunidad de desarrollo: Tren biotecnológico

México corre el riesgo de perder la oportunidad de participar en la revolución biotecnológica que está transformando los métodos de producción agrícola en los países industrializados y que comienza a extenderse a los países con economías menos desarrolladas.

La futura generación de nuevas variedades de plantas ha sido mejorada a partir de costosos análisis genómicos, hasta ahora desarrollados principalmente por Estados Unidos, Japón y la Unión Europea. Sin embargo, Brasil, India y Corea tienen programas nacionales con inversiones cuantiosas que les permitirán competir con los países industrializados.

Sometidos a una competencia muy intensa, los gobiernos de esos países y las grandes empresas internacionales establecen e imponen políticas agresivas de protección de la propiedad intelectual, por medio de patentes multinacionales que les aseguran el control sobre las principales plantas de interés agrícola.

La capacidad de adueñarse de estas nuevas tecnologías depende de la magnitud de los recursos destinados a programas de investigación básica y aplicada en los sectores público y privado. Así también, la recuperación de las inversiones depende de la calidad de los productos, servicios, nuevas tecnologías generadas, y de la capacidad para proteger la propiedad intelectual de estos desarrollos.

En este sentido, la carrera por apropiarse del control de los genes de los cultivos de mayor consumo en el mundo (maíz, trigo, arroz, frijol y soya) ha comenzado con una participación marginal de los mexicanos.

Para México, es necesario poner en marcha un proyecto que contribuya al desarrollo de la biotecnología que mejor se adapte a la solución de problemas en el sector agropecuario nacional y que haga posible la definición y consolidación de una biotecnología propia que permita competir en el ámbito internacional.

Por su biodiversidad, México cuenta con el potencial para competir en la economía mundial si desarrolla un programa estratégico que consolide los equipos de investigación ya existentes, así como la promoción y establecimiento de nuevos grupos de alto nivel en biotecnología agrícola.

Resulta indispensable y urgente el establecimiento de políticas nacionales en los próximos 10 años, para proteger la innovación biotecnológica de alimentos básicos o especies como el agave que, si bien no es un alimento, merece una atención especial por su importancia económica.

La protección de los derechos de propiedad intelectual sobre cultivos como maíz, frijol y agave trascienden la importancia de estrategias comerciales y se convierte prácticamente en un asunto de seguridad nacional, por lo que es necesario establecer los mecanismos pertinentes para protegerlos.

Asimismo, es urgente promover la formación de grupos multidisciplinarios que utilicen la biotecnología para abordar problemas agroecológicos que, de manera adicional, permitirían crear especialidades propias para las condiciones de un país megadiverso y con una gran variedad climática como el nuestro.

Para consolidar el desarrollo de la biotecnología agrícola en el país se proponen las siguientes acciones:

• Un programa nacional de biotecnología agrícola con el objetivo de generar tecnologías propias y adecuadas a la solución de problemas agrícolas en México.

• Programas de apoyo, con infraestructura y financiamiento en áreas estratégicas para el desarrollo agrícola.

• Políticas de estímulo a la investigación biotecnológica (marco jurídico y financiero).

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