Biotecnología

Próximamente… carne sintética

Mironov señala que la carne sintética también podría convertirse en un «alimento funcional» creado con el objetivo de que sea mejor para el consumidor.

Por ejemplo, podría incluir ingredientes que supriman el apetito y lo ayuden a uno a perder peso, usando menos grasas saturadas o añadiendo «nutracéuticos» (elementos nutritivos y farmacéuticos).

De esta manera, sería posible añadir más ácidos grasos omega-3, aunque habría que tener cuidado y no ponerle demasiado para no hacer medallones de pollo con sabor a pescado.

¿Adecuado para vegetarianos?

La carne cultivada también podría hallar un mercado en quienes se oponen al sacrificio de animales pero les gusta el sabor de la carne.

La Sociedad Vegetariana apoya la idea pero insiste en que los alimentos que contengan carne sintética deberán ser debidamente etiquetados si ésta es indistinguible de la real.

«Tanto los vegetarianos moderados como los estrictos aprobarían la carne in vitro hasta el punto en que consideren que reducirá el sufrimiento y la explotación de los animales», dice el Dr. Matthew Cole, sociólogo y cofundador de Vegatopia, una organización que promueve el vegetarianismo ético.

Sin embargo, mucha gente no se traga la idea: en una encuesta de la Comisión Europea en 2005, el 54% de los entrevistados dijo que «nunca» aprobarían la creación de carne a partir del cultivo de células para reducir el sacrificio de animales.

Para hacer la idea más digerible, sus defensores tendrán que cambiar la percepción pública.

«Sería necesaria una gran campaña para promover la aceptación de la carne in vitro, convencer a la gente de que es segura y de que no se trata de un alimento creado al estilo de Frankenstein», señala Cole.

¿Sintética y sabrosa?

Pero, por ahora, la pregunta que todo el mundo tiene en la punta de la lengua es a qué sabrá.

Según Post, de su prototipo de laboratorio no vale la pena probar ni un trocito. «Lo único que te comerías sería un experimento relativamente caro», dice.

Hasta ahora, el único que la ha probado fue un periodista de la televisión rusa, que cogió un trozo de una placa de Petri y se lo metió en la boca antes de que Post le pudiera decir: «Está prohibido comer en el laboratorio».

El periodista comentó que el prototipo era difícil de masticar y no sabía a nada.

«La carne está compuesta de una decena de células diferentes, que uno tiene que hacer crecer juntas», señala el biólogo Brian J. Ford, autor del libro «El futuro de los alimentos».

Aunque la mayoría son células musculares, la carne también contiene adipocitos, que almacenan la grasa que le da a la carne la mayor parte de su sabor.

Por eso, inicialmente el sabor tendrá que provenir de condimentos artificiales.
Factor de asco

¿Y cuán pronto veremos la carne cultivada «verdadera» en el menú?

Todo dependerá de la financiación. El grupo de defensa del derecho de los animales PETA (siglas en inglés de El Pueblo a favor del Tratamiento Ético de los Animales) dice que espera estimular la investigación al ofrecerle $1 millón de dólares al primer científico que ponga a la venta pollo sintético en Estados Unidos antes del 30 de junio de 2012.

La probabilidad de que se logre en ese plazo es mínima, pero Post considera que los desafíos técnicos se podrán vencer en los próximos 20 años.

En ese tiempo, tal vez la carne sintética reciba un nombre más atractivo, que ayude a los consumidores a sobrepasar el factor de asco que algunos asocian con la carne creada en cubas.

«Uno exprime las glándulas sudoríparas modificadas en el vientre de ganado y guarda lo que sacó hasta que se pudre», dice Ford, describiendo cómo se obtiene la leche para fabricar queso.

«Creo que el factor de asco es algo que tenemos en la imaginación. Cuando el producto esté listo, a la gente no le va a importar tanto como creen los especialistas de mercadeo», añade.

La creación de músculo en el laboratorio es de por sí una hazaña impresionante de la ingeniería de tejidos, pero Ford señala que los científicos deberán cultivar varios tipos de células juntas antes de que la carne sintética esté lista para el consumo masivo.

«Uno debe tener la mezcla exacta de componentes», dice Ford, «pero una vez que se logre, será exactamente como la carne».

Fuente: BBC Mundo

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