Biotecnología

Trichoderma Gran antagonista de hongos nocivos

Una respuesta positiva es la utilización de microorganismos antagónicos competitivos para proteger los cultivos de hongos patógenos del suelo, en particular especies del género Trichoderma han merecido la atención máxima como agente de biocontrol.

La doctora Marusia Stefanova Nalimova del Laboratorio de Bacteriología INISAV de Cuba explica que este hongo hiperparásito actúa por medio de una combinación de competencia por nutrientes, producción de metabolitos antifúngicos y enzimas hidrolíticas, y micoparasitismo, además produce sustancias promotoras de crecimiento de las plantas. Por si fuera poco, coloniza las semillas y protege las plántulas en la fase postemergente de patógenos fúngicos.

La aplicación directa al suelo ofrece, incluso, una protección mayor a los cultivos.

En Cuba varias especies fúngicas de los géneros Phytophthora, Fusarium, Sclerotium, Rhizoctonia y Pythium, causan problemas de importancia económica.

En el tabaco la enfermedad conocida como «pata prieta» (Phytophthora nicotianae var. nicotianae) segunda por su impacto negativo en el cultivo, ocasiona anualmente gastos significativos para la fumigación con bromuro de metilo, aplicación de fungicidas sistémicos y localización de nuevas áreas no contaminadas por el patógeno.

Otra patología fúngica de importancia es el damping–off cuyo incremento progresivo en condiciones favorables provoca serias afectaciones en los semilleros de tomate y otras hortalizas. Por otro lado, numerosos cultivos sufren en diversas fases de su desarrollo ataque por Sclerotium rolfsii, hongo de amplio rango de acción.

En Cuba –señala Marusia Stefanova en un documento– la reducción de la incidencia de estos patógenos y la protección adecuada a los cultivos se logró mediante uso de biopreparados de cepas nativas de Trichoderma, reproducidas por métodos alternativos con subproductos nacionales y parámetros controlados y aplicaciones en campo.

Uso de biopreparados en cultivos

Uno de los biopreparados conocido como A-34 (T. harzianum) se emplea en cultivos hortícolas y otros como arroz, maní, frijol, cucurbitáceas, gladiolos, contra R. solani, P. aphanidermatum, P. Parasítica y P. capsici, R. Rolfsii.

Otro biopreparado que se conoce como A-53 (Trichoderma spp.) se emplea en el cultivo de tabaco contra P. nicotianae, R. solani, Pythium spp.

Las investigaciones relativas a la fermentación sumergida y en fase sólida para la producción industrial futura se encuentran en la fase final.

El empleo de Trichoderma por medio de las semillas es probablemente la forma más económica y extensiva para introducir el biocontrol en la producción.

El método consiste en tratar las semillas con una suspensión acuosa de esporas o en forma de polvo, con o sin necesidad de adherente. Así, la semilla recibe una cobertura protectora cuyo efecto se muestra cuando es plantada en el sustrato correspondiente. Las cepas de Trichoderma verdaderamente competitivas son capaces de colonizar la superficie de la raíz y la rizosfora a partir de la semilla tratada.

El biopreparado A-34 (T. harzianum) recomendado para combatir hongos nocivos en hortalizas es capaz de proliferar en el suelo a partir de las semillas tratadas y colonizar el sustrato antes que desarrolle la raíz del pimiento y el tomate, asegurando una protección adecuada.

Entre los 10 y 20 días de germinación la raíz del pimiento crece de 3.5 a 5 cm y la del tomate entre 1.5 y 3.5 cm, mientras que Trichoderma se ubica a 7 cm de profundidad.

Alta efectividad

Los estudios realizados en Cuba han demostrado que la inmersión de semillas durante 10 minutos en la suspensión del biopreparado A-34 garantiza una cobertura de las semillas de entre 90 y 100 por ciento. El secado posterior al sol no afecta la cobertura y la viabilidad de los conidios de Trichoderma.

El bioagente fue recobrado de las semillas tratadas y almacenadas a 10º y 30ºC durante 45 días, lo que demuestra la posibilidad de mantener lotes tratados en almacenaje antes de la siembra, como mínimo por ese periodo de tiempo.

El tratamiento de semillas reduce contaminantes externos como Rhizopus stolonifer y otras especies de hongos en cucurbitáceas, col, cebolla, rábano, remolacha, zanahoria, habichuela, tomate y pimiento, entre otros; además incrementa el porcentaje de germinación y estimula el crecimiento.

En pruebas de protección de semillas contra infecciones postemergentes se registraron coberturas elevadas por el antagonista que reducen a menos de 50 por ciento las infecciones por F. solani y a un 3 por ciento las de R. solani en comparación con un 90 por ciento en el testigo.

Las semillas tratadas con Trichoderma protegen eficientemente las plántulas en el semillero contra R. solani sin necesidad de tratamiento del suelo previo a la siembra.

Tratamientos combinados semillas-sustrato

Dentro del complejo fúngico damping-off existen patógenos tales como P. parasítica y P. capsici cuya incidencia no se puede reducir de manera significativa sólo con el tratamiento de semillas o al suelo, sino que es necesario combinarlas.

La combinación semillas-sustrato reduce la incidencia del damping-off en cultivos hidropónicos a menos de 5 por ciento; en el área testigo el nivel de plantas de tomate muertas fue superior al 70 por ciento.

El sustrato de basalto fue tratado por irrigación 48 horas antes de la siembra y el bioagente (cepa H-34) se mantuvo viable cerca de 100 días.

La disminución de la mortalidad de plántulas y el aumento del rendimiento demuestran la efectividad del esquema de aplicación semillas-sustrato en la fase pre y postemergente en semilleros.

Trasplante

En la fase de transplante de hortalizas (tomate y pimiento) y tabaco con la tecnología habitual es necesario proteger la postura sana en la plantación. El tratamiento de la radícula de plántulas por 10 minutos en el biopreparado al 10 por ciento permite el traslado del bioagente a la plantación, que registra un efecto favorable cuando la incidencia en el suelo de patógenos fúngicos es reducida. Posturas de pimiento tratadas y transplantadas a microparcelas altamente infectadas por P. capsici disminuyó la muerte de las mismas a pesar de las declinaciones drásticas hasta los 35 días.

La forma más eficiente de transportar el bioagente a la plantación es hacerlo junto con el sustrato, ya sea estiércol, casting y biotierra, que funcionan muy bien.

La micropropagación también ofrece la posibilidad de introducir la protección por Trichoderma en múltiples cultivos que se extienden por esta vía.

Prácticas culturales

La incidencia de la marchitez del pimiento fue registrada fundamentalmente en terrenos encharcados, además donde el cultivo fue doblado, todas las plantas con el llamado «cuello de ganso» resultaron afectadas, lo cual está acorde con el hábito del patógeno e indica la necesidad imperiosa de que los tratamientos con el biopreparado sean acompañados de prácticas culturales adecuadas para elevar su efectividad.

El manejo de las plantas mediante la rotación de cultivos favorece a Trichoderma a librar al suelo de los propágulos del patógeno.

La preparación adecuada del terreno, la mejor fecha de plantación, fertilización y riego actúan a favor de la combinación planta-Trichoderma asociadas.

La introducción del biocontrol por Trichoderma en el manejo integrado de plagas por cultivo es la forma óptima de explotar las posibilidades que brinda el microorganismo como antagonista de suelo.

Compatibilidad

Cabe señalar que para integrar hay que conocer entre otros aspectos la compatibilidad entre Trichoder-ma y los agroquímicos, así como la interacción que existe con los biofertilizantes y bioestimulantes.

El tratamiento combinado con un bioestimulante (Biozyne) incrementa la germinación y el crecimiento de las plantas de tomate, también existe compatibilidad con el biofertilizante a base de Azotobacter chroococcum, por tanto una combinación entre ellos es factible incluso en tratamiento de semillas.

La combinación Trichoderma-Micorrizas favorece el desarrollo de las plantas del tabaco y no afecta el hiperparasitismo sobre P. nicotiane por lo que se pueden aplicar los bioagentes de forma conjunta.

Un gran variedad de los plaguicidas (oxicloruro de cobre, metalaxyl, zineb, dimethomorph, mancozeb, dimethoato, lambdacihalotrina, difenamida, trifluralin y napropamida) son compatibles con las cepas de Trichoderma.

En el caso de desinfección de las semillas con hipoclorito de sodio y ácido clorhídrico contra bacterias y virus, el posterior tratamiento con Trichoderma no se ve afectado, sin embargo no ocurre así cuando los mismos son tratados con hidróxido de calcio que prácticamente anula la acción del bioagente.

Consideraciones para aplicar hongo

La enfermedad es resultado de la interacción entre planta-hospedante y patógeno, y organismos antagónicos que limitan la actividad del patógeno o elevan la resistencia de la planta.

La importancia para un productor en esta relación radica en saber manejar las especificidades de cada uno para lograr que prevalezca la interacción a favor de la planta y el antagonista.

Esto es posible sólo con el conocimiento de la etiología de la enfermedad que se desea controlar, el hábito del hongo fitopatógeno, su forma de propagarse y permanecer en el campo.

Trichoderma es un microorganismo competitivo que ofrece una protección biológica a la planta, destruye el inóculo patógeno presente y contribuye a prevenir su formación. Sin embargo, no es posible esperar un buen control en campos con antecedentes que favorecen el hongos nocivo.

El análisis riguroso de los antecedentes y el nivel de inóculo en el suelo ayuda a la toma de decisiones con vistas a proporcionar un control eficiente y optimizar la efectividad de Trichoderma.

Tampoco se puede obtener el control deseado cuando el material de siembra está contaminado con hongos nocivos.

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