Biotecnología

UNAM investiga bacterias del camarón para evitar una epidemia

Ante la afectación de la producción mundial de camarón, la UNAM ha comenzado a aportar pistas sobre cómo combatirla

Ante la afectación de la producción mundial de camarón, la UNAM ha comenzado a aportar pistas sobre cómo combatirla. “La clave está en saber cuál es el microbioma presente en el intestino y hepatopáncreas de estos animales, tanto en los cultivados como en los silvestres, y determinar qué bacterias habitan en uno y otro”, explicó Adrián Ochoa Leyva, del Instituto de Biotecnología.

El 70 por ciento de la producción mundial de camarones corresponde a la especie Litopenaeus vannamei (o blanco del Pacífico), la cual se ha visto severamente mermada por la epidemia del EMS (o Síndrome de la Mortalidad Temprana) que comenzó a azotar en México desde 2013 y ha repercutido en pérdidas de miles de millones de dólares en el mundo y afectado la fuente de trabajo de miles de personas.

El universitario y su equipo viajaron a las costas de Nayarit, donde este crustáceo vive de forma natural y con poblaciones sanas, y a una granja ubicada en el sur de Sonora, donde estos son criados por humanos, pues es justo en estas condiciones artificiales donde ha golpeado la epidemia.

Por otro lado, los investigadores detectaron en el hepatopáncreas otra bacteria enriquecida en el animal silvestre y ausente en el cultivado, la Pantoea agglomerans, la cual ha sido utilizada para estimular el sistema inmune de otros camarones.

A partir de estos hallazgos, Ochoa Leyva y sus colegas han planteado que estos dos microorganismos tienen un gran potencial probiótico para tratar el Síndrome de Mortalidad Temprana, lo que representa un gran avance en el rubro.

La pandemia del Síndrome de Mortalidad Temprana es ocasionada por un Vibrio parahaemolyticus que trae un plásmido con una toxina, pero el equipo de Ochoa Leyva encontró que además de esta bacteria, hay otras enriquecidas en los camarones enfermos, por lo que el EMS podría ser una enfermedad del microbioma, es decir, una disbiosis debido a la presencia de otras bacterias dañinas para el blanco del Pacífico.

Actualmente el equipo de Adrián Ochoa participa en un proyecto financiado por la UNAM en el cual, desde 2015, analizan ejemplares cultivados a lo largo de varios años de producción. Para ello colaboran con una granja en Sinaloa.

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