Orgánicos

Comida orgánica, ¿cómo puede convertirse en la base de la alimentación del futuro?

  • Expertos en nutrición piden a los consumidores ver más allá de una etiqueta con la palabra: “orgánico” y averigüen cómo se han cultivado estos alimentos

2000Agro/Redacción

El mundo sigue avanzando hacia la sustentabilidad en busca de reencaminar al planeta como un lugar amigable en el que el ser humano ha aprendido a ser un elemento más, en vez de sentirse el dueño de todo: abastecerse de agua, tener energéticos y alimentos suficientes, que no dañen el entorno y que garanticen que habrá más para el futuro.

Una de las industrias clave para hacer esta transición es precisamente la alimentaria, pues ante sí tiene el reto de tener que alimentar prácticamente al doble de la población que había en los años setenta, con menos recursos.

Por ello, los países poco a poco están transitando de diferentes formas, en una carrera contra el tiempo, de la cual no sabemos si será suficiente para detener la catástrofe climática que se avecina. Uno de los ejemplos es el del gobierno alemán, que se ha comprometido a que, para 2030, el 30 por ciento de los alimentos que consuman sus pobladores serán orgánicos y, por ende, libres de agroquímicos y pesticidas. Esto implica que, en los próximos siete años, tripliquen su producción actual de orgánicos, que ronda entre el 7 y 11 por ciento, según diferentes cálculos.

Mientras que los agricultores tienen el compromiso de cambiar aceleradamente a modos de producción orgánicos, aunque consideran que no es posible cambiar la matriz productiva en solo siete años en agricultura o bien para criar ganado únicamente con alfalfa y pastos nativos.

Señalan que para hacer esta transición el gobierno deberá tomar medidas extremas que causarán distorsiones en el mercado, tanto en los precios de los insumos que requieren para producir, como en el precio final de venta.

“Nuestra meta es compleja porque debemos lograr la sustentabilidad en la producción orgánica de alimentos y generar sustentabilidad en los ingresos de los granjeros”, señala uno de estos productores.

Mientras tanto, Alemania genera cada año ingresos por 60 000 millones de euros (unos 320 000 millones de pesos) relacionados con la producción de alimentos, con un crecimiento de 3.8 por ciento anual, con todo y que en la última década han disminuido su producción de carne de cerdo, res y pollo, industrias que consumen grandes cantidades de recursos (agua, alimento, superficie y otros insumos como antibióticos y hormonas). En cambio, son líderes en producción de maíz, trigo, malta, cártamo, papa y semilla de girasol.

Este auge coincide con un mayor interés de los ciudadanos alemanes sobre el impacto que genera la producción intensiva de alimentos en el suelo, aire y agua, por lo que el gobierno alemán se ha comprometido a disminuir ese impacto.

De hecho, el gobierno alemán, por medio de Hendrik Bohm, coordinador de Procesos de Transformación en Políticas Agrícolas, del Ministerio de Alimentación y Agricultura, explicó que su sociedad está muy consciente del impacto negativo que causa en los suelos el exceso de fertilizante, que coloca cantidades no naturales de nitrógeno en el sustrato o bien, el daño que provoca a los ecosistemas el uso de pesticidas y en general el aumento en la liberación de gases de efecto invernadero a la atmósfera por la producción de agroquímicos.

El funcionario abundó que estos argumentos “llevaron al gobierno a establecer el compromiso de elevar la cantidad de alimentos orgánicos que se vendan en el país al 30 por ciento en 2030”.

Y agregó: “El trabajo es complejo porque debemos lograr la sustentabilidad en la producción, pero también debemos generar sustentabilidad en los ingresos de los granjeros, que son personas de todos los perfiles socioeconómicos”, explicó.

Consulta el artículo completo en nuestra edición septiembre-octubre 2023 de 2000Agro

Fotografía: pxhere.com

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