Pecuario y Pesquero

Apertura 2003 Importaciones de cerdo que hieren

A pesar de que la producción nacional de carne de cerdo aporta 25.6 por ciento del total de cárnicos elaborados en México, el sector porcícola sigue sin ser una prioridad en la política económica de los recientes gobiernos.

El sector enfrenta serias asimetrías frente a sus socios comerciales que forman parte del TLCAN: Estados Unidos y Canadá. Está situación tenderá a agravarse para porcicultores medios al abrirse en forma total la frontera a productos estadounidenses en 2003.

La producción porcícola nacional creció en promedio 22 por ciento de 1997 al año 2000, aunque este comportamiento no se dio como un crecimiento real de la población porcina, sino como un aumento de la producción por mayor eficiencia en los parámetros productivos de las granjas.

La actividad se desarrolla en 3 tipos de unidades, las integradas y semiintegradas, las medianas y pequeñas y las de subsistencia o traspatio. Esta última es difícil que desaparezca y actualmente representa alrededor del 30 por ciento del inventario. Las unidades medianas son las que tienen un panorama bastante incierto, y representan el 20 por ciento del total.

Las granjas porcícolas integradas representan 50 por ciento del inventario porcino del país y son las que están logrando una consolidación, debido a que adquieren su grano y pasta de soya en los mercados nacionales o extranjeros (Estados Unidos y Canadá) a mejor precio y calidad.

Dentro de las industrias integradas, existen productores que se asocian y participan en la copropiedad de plantas de alimento para consolidar compras de grano y bajar los costos del alimento que llevan a sus granjas. También sacrifican en rastro, cortan y distribuyen directamente a la industria empacadora y algunos destinan su producción a la exportación.

Crecimiento de las importaciones

El volumen de las importaciones en los últimos 6 años ha crecido en 657 por ciento (canales y piernas) y poco más de 410 por ciento en sucedáneos para la elaboración de carnes frías y de embutidos, afectando seriamente a la producción nacional, según el Consejo Mexicano de Porcicultura (CMP) y la Comisión Nacional Porcicultura (Conapor).

Antes del tratado la oferta importada de carne de cerdo representaba menos del 5 por ciento. Ahora, esta cifra rebasa 45 por ciento y sigue creciendo, afectando ampliamente la balanza comercial, junto a la de los cárnicos en general.

Frente a esta situación, el CMP ha presentado una demanda de elusión (del pago de la cuota compensatoria aplicada a las importaciones de cerdo en pie), debido a que estos productos cárnicos están entrando al mercado mexicano por debajo del costo de producción del cerdo.

Como país firmante del tratado de libre comercio, Estados Unidos está vendiendo por debajo de su costo y esto es incurrir en dumping. Por ello, los porcicultores mexicanos solicitan el pago de un arancel por cada kilogramo de cerdo que entre y están atentos a lo que ocurre en el mercado.

Desde 1996 una constante ha sido que las mercancías que llegan a México lo hacen a precios por debajo de su precio de producción y cuando se presenta una caída de las importaciones es gracias al ejercicio de defensa de la porcicultura nacional que realizan los productores mexicanos, así como también por la variación de las condiciones del mercado en el vecino país.

Se ha logrado detener la entrada de cerdo en pie, pero se está introduciendo ya cortado en canales, piernas o lomos y costillares. Por ello, la conclusión a la que llega el CMP es que el gobierno carece de una politica defensora del productor nacional.

Pollo por cerdo

Otro de los problemas que enfrenta la porcicultura nacional consiste en que se ha visto afectada por las importaciones de subproductos (pastas y trozos de aves), que sustituyen a la pierna de cerdo en la elaboración de embutidos denominados “jamón”, sin serlo. Esta problemática lleva ya casi una década.

Conforme al Codex Alimentarius, el Consejo ha luchado por una norma de jamón, como producto hecho exclusivamente con pierna trasera de cerdo y desde la firma del tratado de libre comercio se acordó que la importación de estos productos se haría mediante cuotas que no excederían las 55,000 toneladas para el año 1994.

Sin embargo, en ese mismo año las autoridades fueron incapaces de defender al sector porcícola nacional, al otorgarle a la industria el doble de esa cuota de manera discrecional. El resultado ha sido que las importaciones de pavo se han triplicado por encima de la cuota asignada en el tratado.

Las salidas

A pesar de estos problemas, la porcicultura mexicana está en proceso de consolidación, reduciéndose el número de granjas, pero aumentando el tamaño de los hatos. La transformación ha sido la siguiente: en 1993, el tamaño de las granjas en promedio era de 328 vientres por granja, en 1998 se incrementó a 592 y para el año 2000 el promedio alcanzó la cifra de 725.

El futuro puede ser promisorio si se crean alianzas para integrarse horizontal y verticalmente y las uniones pueden consistir en responsabilidades específicas. Por ejemplo, unos dedicados a la elaboración del alimento, otros a la reproducción, unos más concentrados en los sitios 1 (servicios, gestación y maternidades) o en los sitios 2 (desarrollo y destetes) y otros finalizando los cerdos y de ahí a los rastros TIF, que producen los cortes hacia el consumidor final.

Por último, está la calidad. De acuerdo con los poricultores, la carne de cerdo es una de las más sanas, aun en comparación con la de res, de pollo o de pescado, ya que tiene menos grasa que cualquiera de las primeras, menos colesterol y más energía. Los cerdos con mucha grasa quedaron atrás, gracias al desarrollo genético y la alimentación a base de granos y oleaginosas.

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