Pecuario y Pesquero

Dieta europea pone en riesgo especies marinas

La pesca excesiva, aunada a las técnicas destructivas y la explotación desleal de los recursos amenazan con convertir los pródigos océanos en páramos marinos.

Si bien los pescados y mariscos constituyen una parte popular y saludable de la dieta europea ―el consumo promedio per cápita en la Unión Europea (UE) es de 22 kilos al año―, el aumento de la demanda empuja a muchas especies marinas al borde de la extinción.

Alguna vez fuente común y económica de nutrición, muchos platillos tradicionales de pescados y mariscos han sido declarados recetas de desastre por activistas ambientales.

A la demanda de alimentos populares basados en bacalao, camarón y otras especies se atribuye la pesca excesiva en los mares que rodean a Europa. Un nuevo informe del Fondo de la Vida Silvestre (WWF, por sus siglas en inglés) ha encontrado que los pescadores tiran por la borda hasta 80 por ciento de la captura por ser muy pequeña o sin valor. El resultado es que muchos millones de peces mueren cada año por nada y varias especies alguna vez populares están en grave peligro.

“No todo lo que cae en la red llega a la mesa. Debe detenerse la estela de destrucción que deja la pesca industrializada o nuestros hijos heredarán un mar sin vida”, señala James Woolford, de la campaña del WWF sobre la pesca en Europa.

La investigación del fondo descubrió que muchas prácticas de pesca empleadas para satisfacer la demanda pública de platillos populares tienen un efecto inaceptable en el ambiente marino.

Industria pesquera en crisis

Las pesquerías europeas representan alrededor de 16 por ciento de las capturas globales y miles de empleos directos e indirectos en la industria dependen de los océanos en todo el continente. Sin embargo, se encuentran en crisis porque las reservas de muchas especies comerciales provenientes del Mar del Norte, el Atlántico nororiental o el Mediterráneo son de apenas 10 por ciento de lo que eran hace 30 años. En todo el continente, recetas comunes favoritas podrían, en el mejor de los casos, volverse lujos raros o, en el peor, desaparecer por completo de los menús.

“Tenemos demasiados buques en persecución de muy pocos peces”, comentó Woolford. Entre los pescados y mariscos que están en riesgo o han subido de precio por los métodos de pesca empleados figuran bacalao, atún, pez espada y langosta.

En un intento por hacer conscientes a los consumidores el WWF ha emitido una advertencia urgente a los gobiernos para que endurezcan el manejo de las pesquerías y apoyen la certificación del Consejo de Vigilancia Marina (CVM) ―organización global independiente no lucrativa― para sus industrias. También insta a los consumidores europeos a comprar pescado sólo de empresas bien administradas, identificadas con la etiqueta del CVM para ayudar a proteger el ambiente marino. Más de 400 productos ostentan ya esa certificación.

Fuente: La Jornada, The Independent

Comentarios

comentarios

Siguenos!

Países que nos están viendo


Suscribete al Boletin