Los productores mexicanos del lácteo dejan de vender dos millones de litros por la entrada de la bebida estadounidense
MÉXICO.— Los productores lecheros mexicanos diariamente dejan de vender dos millones de litros de leche, debido a que se ha permitido el ingreso de leche en polvo estadounidense a menor precio del que se comercializa en el país, afectando así a los ganaderos nacionales y fomentando una competencia desleal que afecta la actividad lechera mexicana.
Debido a estas circunstancias, México sufre de un excedente de este producto altamente perecedero, cuyas consecuencias además está generando un mayor desempleo, señaló el presidente de la Asociación Nacional de Ganaderos Lecheros (ANGLAC), Vicente Gómez Cobo.
Pues, señaló, al cierre de 2008, la importación de leche en polvo alcanzó un volumen de 180 mil 745 toneladas, un 8 por ciento más que lo importado en 2007, siendo Estados Unidos el mayor beneficiado gracias a la apertura total de mercado mexicano por el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
“Es necesario que se establezca una coordinación eficaz con el gobierno para actuar y ejecutar medidas contundentes que nos permitan competir en este mercado volátil en el que vivimos actualmente”, comentó el dirigente.
Los apoyos y subsidios de los países exportadores a sus sectores lecheros, sumado a la caída del precio y a la apertura comercial del mercado mexicano, impulsaron la importación mexicana de leche y productos lácteos, provocando un fuerte desequilibrio en el mercado con graves consecuencias para el sector y sus productores, estimó.
“Se requiere de acciones urgentes que nos ayuden a superar la crisis en la que estamos inmersos cientos de productores y en las que se anteponga cubrir las necesidades de la producción y demanda nacional, como: regulaciones en las importaciones de leche, publicación de normas oficiales a los productos lácteos, precios justos reconociendo los incrementos en costos de producción y la aplicación de programas gubernamentales que no se han aplicado”, concluyó Gómez Cobo.
Fuente: El Financiero online
