Pecuario y Pesquero

Porcicultores buscan salidas a una aguda crisis

JALISCO (MÉXICO).— La crisis de la porcicultura jalisciense es una de las más agudas de su historia, si no es que la más. Desde marzo de 2006 ha habido una caída imparable del precio del cerdo en pie, mientras que los insumos no han dejado de subir (sobre todo por la gran demanda de granos para el mercado de los biocombustibles), lo que ha traído pérdidas cuantiosas para los granjeros, en especial a los de tamaño más pequeño, según coincidieron los porcicultores Alejandro Álvarez González y Carlos Espinosa.

Este tema reviste gran importancia porque la piara jalisciense aporta casi 20 por ciento de la carne de cerdo producida en el país.

Álvarez González dijo que la producción de un kilogramo de cerdo para el granjero promedio supone 14 pesos, y el ingreso es de menos de 13 pesos, si bien les va, lo que revela el impacto negativo que trae el actual momento del mercado para los porcicultores. En 2006 el kilo de este animal llegó a valer más de 18 pesos. Detalló que el alto costo de la alimentación del cerdo, en comparación con otras especies, es un impacto muy severo para las granjas.

Producir un kilogramo de pollo supone un costo de nueve pesos y la venta del animal vivo trae un ingreso de 12 pesos, mientras que el costo de un kilogramo de borrego es de 15 pesos y tiene un ingreso de 24 del animal en pie.

Álvarez González, granjero de Tepatitlán, adujo que en la crisis actual se han juntado varios factores, desde el estancamiento del consumo de carne de cerdo en el mercado mexicano por situaciones que deben analizarse a fondo, hasta las importaciones de diversos productos que desalientan la matanza de marranos para la industrialización de su carne en las grandes empacadoras de carnes frías.

Al respecto, dijo que la Norma Oficial Mexicana (NOM) de los jamones es demasiado elástica, como para propiciar que se añada pasta de carne de gallina en vez de cerdo en el producto. Cabe referir que el ex secretario federal de Agricultura, Francisco Mayorga, cuestionó que la Secretaría de Economía en el pasado sexenio mostró poco interés por elaborar un marco normativo que previniera contra las importaciones de insumos que han repercutido contra la porcicultura mexicana.
Añadió que entre las salidas que se han tenido de parte de algunos granjeros porcícolas ha sido cambiar de giro, y ahora se han convertido en productores de ovinos.

Por su parte, Carlos Espinosa, porcicultor de Zapopan, hizo mención de que en días recientes se ha tenido un ligero repunte en el precio del producto, propio de la mayor demanda estacional, pero esto puede ser temporal, por lo que el precio podría desplomarse para enero próximo.

Este granjero zapopano cuestionó el discurso reciente del secretario de Agricultura, Alberto Cárdenas Jiménez, quien señaló en un evento en la capital del país que es significativo que el kilogramo de cerdo en pie se compre a 13 pesos, mientras que las carnitas de marrano ya cocinadas se comercialicen a 130 pesos el kilogramo. Espinosa dijo que el precio ha caído hasta los nueve pesos.

También expresó que las críticas que se hacen a la desintegración de la cadena de valor de los porcicultores contrastan con la falta de acciones contundentes de la autoridad en favor de la porcicultura.

En este sentido, señaló que a pesar de que en Jalisco se tiene en fase de erradicación a la fiebre porcina, no se han tramitado los protocolos correspondientes para acreditar que la carne de cerdo sea considerada con calidad de exportación, y con ello buscar mercados en varios países asiáticos, donde tendría cabida porque allá el consumo no ha caído. También criticó la tardanza del gobierno central para acreditar a plantas y rastros Tipo Inspección Federal.

Un sector golpeado

La porcicultura ha sido un sector golpeado en años recientes, dado que desde 2003 se perdió la protección arancelaria ante la carne procedente de Estados Unidos en los términos del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

Entre acciones recientes que se han tenido en el sector figura la instalación de un rastro Tipo Inspección Federal (TIF) en Tuxpan, que lleva la finalidad de exportar en el corto plazo, así como otro que se pretende establecer en Degollado.

Además del malestar por una situación de mercado adversa, los porcicultores también han sido apremiados por la Comisión Nacional del Agua para que cumplan con la normatividad ambiental en materia de las descargas de sus aguas residuales.

Las debilidades de la porcicultura de Jalisco se han debido a problemas zoosanitarios que le impiden exportar, y por falta de integración de las granjas y la carencia de rastros TIF certificados para exportar.

En el ámbito estatal la porcicultura se concentra en 20 municipios, en su mayoría de la región alteña, donde se ubican las granjas más grandes y tecnificadas, como la de la empresa Proteína Animal (Proan) en San Juan de los Lagos, y otra en Acatic de la familia Ramírez Peña.

Otros municipios destacados son Tepatitlán, Lagos de Moreno, Atotonilco, Zapopan, Ixtlahuacán del Río, La Barca y Tamazula.

Milenio Online

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