Pecuario y Pesquero

Prohíben insecticida que daña a las abejas por ser amenaza para el futuro alimentario

En Estados Unidos, desde 2004, se perdieron anualmente 30 por ciento de los panales

Las autoridades alemanas prohibieron el uso del insecticida clotianidina debido a que se le atribuye la muerte de abejas en ese país, reportó Virginia Gewin en el último número de la revista Frontiers in Ecology and the Environment.

La clotianidina, que es un insecticida que se utiliza para tratar semillas, incluidas semillas de maíz, fue aprobada por la Comunidad Europea hace apenas dos años, y está ya en problemas por su impacto negativo en el medio ambiente.

El problema parece que fue ocasionado por el uso de un adhesivo inadecuado que permitió que el insecticida en lugar de quedar adherido a las semillas fuera dispersado por el viento.

Esta medida, que podría parecer una reacción exagerada de las autoridades alemanas, se da en respuesta a una de las facetas de la crisis ambiental con consecuencias potencialmente más devastadoras para la humanidad en el corto plazo, y que no ha recibido la atención que merece.

En diversas partes del mundo se ha registrado en las poblaciones de abejas domésticas el fenómeno conocido como Desorden del Colapso de Colonias (CCD, por sus siglas en inglés). En Estados Unidos, desde 2004, se han perdido 30 por ciento o más de los panales anualmente. El mismo fenómeno ha sido reportado en diversos países europeos en los últimos años y también en Taiwán el año pasado.

Aunque el problema parece tener un origen multifactorial —en donde interactúan diversos factores como la presencia de cultivos transgénicos con polen tóxico, estrés ambiental y parásitos, entre los que destacan ácaros de la especie Varroa destructor— los expertos coinciden en que el efecto debilitante de insecticidas, como la clotianidina y otros agroquímicos, es determinante al hacer más vulnerables a las abejas a parásitos y enfermedades.

Esta disminución en las poblaciones de estos insectos es potencialmente devastadora debido a que las abejas en general, pero las domésticas en particular, son responsables de la polinización de casi la totalidad de los cultivos cuyo polen es transportado por animales, como los frutales.

Sólo para Estados Unidos, en donde se ha calculado el valor económico de este servicio, la polinización de las abejas domésticas en conjunto con las silvestres, tiene un valor de mil 600 millones de dólares anuales, si no se contara con estos polinizadores voluntarios.

El costo de asegurar la polinización de los cultivos por medio de enjambres mantenidos para este fin podría ser tan alto como ocho mil millones de dólares anuales, sólo para Estados Unidos.

A escala mundial, los costos serían estratosféricos y habría que agregar el efecto potencialmente devastador en la vegetación natural, pues muchas especies de plantas dependen de estos insectos para su reproducción y por lo tanto no podrían producir semillas y dejar descendencia.

Es muy difícil calcular las pérdidas en la producción de alimentos, y en la viabilidad de los ecosistemas naturales, si las abejas domésticas y sus parientes silvestres desaparecieran, pero medidas como la tomada por el gobierno alemán parecen prudentes ante lo que parece ser una amenaza seria para una de las especies de insectos, y sus parientes silvestres, que más aporta a la humanidad.

Fuente: La Jornada Michoacán

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