Pecuario y Pesquero

Recomendaciones técnicas para el manejo de pajillas de semen y embriones

Por: MC Eva Patricia López Damián*
Foto: Especial

Las células criopreservadas son sensibles a las fluctuaciones de temperatura durante la congelación y descongelación. Un mal procedimiento en cualquiera de los dos pasos provocaría destrucción celular debido a la formación de cristales intracelulares que reducen su viabilidad y fertilidad así como pérdidas económicas.

Evitar este tipo de afectaciones es de suma importancia, ya que los daños producidos en las células son acumulativos e irreversibles, reduciendo los porcentajes de fertilidad que a la vez repercuten de manera económica, no sólo en el semen o embriones almacenados si no en la pérdida de una vaca fértil que por culpa de un mal manejo de pajillas se manda a rastro.

Cada vez que el semen es manejado inadecuadamente post congelación, el 10 % de los espermatozoides pierden su capacidad fecundante, sucediendo lo mismo en embriones. Con la única diferencia que una pajilla de semen contiene 20 millones de espermatozoides siendo 1 el que fertiliza contra un embrión depositado en útero; es el único que puede generar una preñez.

Por otro lado, reducciones de hasta 23 % en fertilidad han sido registradas cuando las pajillas utilizadas en la inseminación artificial fueron expuestas a cálidas temperaturas y regresadas a -196°C temperatura del nitrógeno líquido.

Desde el punto de vista económico –estimando un termo con capacidad de 720 pajillas de 0.5 ml en total a un precio promedio de $164.00 MN– la pérdida monetaria por canastilla se considera alrededor de $19, 680.00 pesos MN mientras que si el mal manejo se extiende a las otras canastillas la perdida biológica se evalúa en $118,080.00 MN.

Por tales razones, controlar la temperatura que es regida por el tiempo de manejo de la canastilla debe realizarse rigurosamente, atendiendo las siguientes recomendaciones:

1)    Identificación exacta de la canastilla y bastón donde se encuentra la pajilla a retirar.
2)    Levantar la canastilla hasta la línea de congelación ayudándose con una pinza forester.
3)    Retirar la pajilla con una pinza.
4)    No exceder de 8 segundos para realizar las acciones anteriores.
5)    En caso de no poder sacar la pajilla en el tiempo mencionado, hay que retornarla al nitrógeno liquido esperar 30 segundos e intentarlo de nuevo
6)    No saturar las canastillas o bastones, ya que en caso contrario la remoción será más tardada.
7)    Monitorear el nivel de nitrógeno sin permitir que este llegue por debajo de 8 cm.

Respecto al primer punto, es recomendable tener un bosquejo en papel del bastón y canastilla donde se encuentra el semen de determinado toro. Esto ayudara a no perder tiempo en la remoción de la pajilla dañando consecuentemente a las que regresaran al nitrógeno.

Segundo punto: el cuello del termo tiene diferentes temperaturas a lo largo, por ello se deben mantener las pajillas a -82°C (3 pulgadas por debajo de la boca del termo) es indispensable. Sólo basta el sostener la porta bastones hasta la línea de congelación por un tiempo máximo de 8 segundos; así mismo, la propia varilla de manejo de la canastilla tiene su marca límite si se observa con detenimiento.

El tercer punto hace referencia a no tocar las pajillas con los dedos ya que éstas, están frías y podemos quemarnos además de que las pajillas que se encuentran alrededor también serán sometidas a la temperatura de la mano.

La cuarta recomendación es considerada la regla de oro, ya que dentro de los 8 segundos las células se encuentran a salvo y sin daños. Pero si 10 o 12 segundos son alcanzados fuera del nitrógeno líquido (-196°C), éstos son suficientes para alcanzar -100°C y -80°C respectivamente, ocurriendo la recristalización y en consecuencia la muerte celular.

En este punto, el tamaño de la pajilla sensibiliza su propio manejo, ya que la de 0.25 ml se descongela 4 segundos más rápido que la de 0.5 ml. Por tal razón dentro de los 8 segundos, 3 son usados para retirar la pajilla.

Quinto punto: escuchar un burbujeo de nitrógeno cuando la canastilla ha sido regresada a éste, es una señal de haber sobrepasado el tiempo de permanencia fuera del mismo.

Finalmente, el nivel del nitrógeno del termo depende de la frecuencia de uso así como del tamaño del mismo. Seguir las recomendaciones de rellenado del fabricante es ideal, pero monitorear el nivel una vez al mes es excelente, ya que si existiera alguna perdida repentina de nitrógeno el material biológico almacenado podría rescatarse.

*Investigadora Asociada C. CENID de Fisiología y Mejoramiento Animal. INIFAP, México. lopez.eva@inifap.gob.mx

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