Existen múltiples causas por las cuales el ganado no se alimenta adecuadamente además de las enfermedades
Los animales dejan de comer por diferentes razones, las enfermedades son una de las más comunes, sin embargo, existen otras causas que deben ser combatidas para evitar que el ganado pierda peso o disminuya su productividad.
Los comederos conocidos como canoas son muy comunes, el uso ineficiente de estos comederos se manifiesta cuando pese a que se ha calculado una longitud suficiente para el número de animales que se quiere alimentar, no se contempla la jerarquía establecida entre ellos.
El efecto de esta relación se demuestra en un experimento en el cual se observó a dos vacas alojadas en un corral con un comedero. Identificaron a un animal como dominante y al otro como subordinado, y encontraron que el primero dedicó gran cantidad de tiempo a comer y a evitar que el segundo se aproximara al alimento, pese a que había espacio y comida suficiente para ambas vacas. Lo anterior reduce marcadamente el consumo de los animales subordinados, ocasionando pérdidas de peso o escasas ganancias y elevando el grado de estrés.
Instalar barras metálicas en forma perpendicular al comedero evita el contacto físico entre animales mientras comen, por lo cual los subordinados se sienten con la seguridad suficiente como para acercarse al comedero, incrementando de esta manera su ingesta de alimento.
Por otra parte, los animales que han sido criados en condiciones extensivas tienen problemas para aceptar suplementos en grano. Esta situación puede ser grave cuando se trata de suplementar animales durante temporadas extremas de sequías o mermar la producción al tratar de complementar su alimentación o de intensificar el sistema con alimentos elaborados o incluso de corte.
Un grupo de investigadores encontró el origen del problema: una neofobia, la cual se describe como una conducta común presentada en los animales y que consiste en evadir aquellos alimentos que no conoce, como una estrategia para evitar ingerir algo que pudiera resultar tóxico, y que bajo situaciones extremas podría llevarles a pérdidas de peso considerables o hasta la muerte.
La solución es simple: se encontró que los animales aceptan fácilmente este tipo de suplementos cuando son expuestos a ellos en una etapa temprana de su vida y en presencia de sus madres. De manera similar, usar animales entrenadores en los corrales de engorda para que enseñen a otros recién llegados a consumir el alimento de los comederos facilita el proceso de adaptación reduciendo pérdidas e incrementando el bienestar.
