Política Agropecuaria

Nutrición y sistemas alimentarios

La malnutrición afecta a todos los países y a una de cada tres personas

La nutrición empieza por lo que comemos. Proteger y fomentar dietas saludables debería ser un objetivo central de las políticas para la agricultura y los sistemas alimentarios.

La producción de cultivos, la pesca, el ganado y la silvicultura aportan los alimentos variados, inocuos y nutritivos que necesitamos. Para mejorar el impacto de estos en la nutrición, se debe prestar atención a todas las etapas de la cadena de valor: de la promoción de suelos sanos y la protección de la biodiversidad a la forma en que almacenamos, transportamos, transformamos y comercializamos alimentos, pasando por la elección de los insumos y de lo que producimos.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) reclama cambios en las políticas para incentivar la dotación y el consumo de dietas saludables, incluyendo normas de comercialización e incentivos económicos. La organización también facilita el diálogo necesario a alto nivel entre los gobiernos y sus asociados con el objetivo de elaborar normas y enfoques comunes para sistemas alimentarios sostenibles y dietas saludables.

Los problemas nutricionales graves que afectan a más de dos mil millones de personas, sobre todo en países en desarrollo, exigen cambios profundos en nuestros sistemas alimentarios y hábitos de consumo actuales.

La malnutrición supone un costo de billones de dólares para las economías mundiales por el aumento de los costos sanitarios y la pérdida de productividad. Así pues, invertir en nutrición es tanto un imperativo moral como una inversión económica juiciosa.

Se deberían tomar medidas específicas para que las políticas relativas a la agricultura y los sistemas alimentarios tengan en cuenta la nutrición. Incorporar y coordinar la nutrición entre las políticas sectoriales es indispensable, no solo con los ministerios de Agricultura y de Sanidad, sino también con los de Bienestar Social, de Educación, de Comercio e Industria, de Economía, de Planificación y de Agua y Saneamiento.

Las políticas decisivas son la protección social, el apoyo a la agricultura sostenible, un esfuerzo enorme en educación nutricional, la protección del consumidor mediante normas alimentarias y de comercialización, e intervenciones nutricionales específicas para niños menores de cinco años, dirigidas a romper el ciclo de la malnutrición.

Los compromisos con las necesidades nutricionales y la financiación para estas se deben incrementar considerablemente para superar el Reto del Hambre Cero y cumplir con el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) que consiste en eliminar todas las formas de malnutrición y saneamiento para 2030.

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