- En el caso de México, se estima que el sector agrícola genera cerca del 19 % de las emisiones de gases de efecto invernadero, de acuerdo con el Inventario Nacional de Emisiones
2000Agro/Redacción
A partir de la COP27, celebrada del 6 al 18 de noviembre de 2022, el Gobierno de México se comprometió a reducir en un 8 por ciento las emisiones de gases de efecto invernadero provenientes del sector agropecuario para 2030.
La cumbre de Cambio Climático, eligió como uno de sus temas centrales analizar maneras de abordar de manera armónica los dos retos principales para la seguridad alimentaria de los próximos años: poder alimentar a una cantidad nunca antes vista de humanos, prácticamente el doble de la población que tenía el planeta en 1980, y la forma de mitigar los efectos que la agricultura intensiva que aceleró los efectos del cambio climático.
El evento fue organizado por el Consorcio Internacional de Centros de Investigación para la Agricultura; la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) y la Fundación Rockefeller.
En el caso de México, se estima que el sector agrícola genera alrededor del 19 por ciento de todas las emisiones de gases de efecto invernadero, de acuerdo con el Inventario Nacional de Emisiones, por lo que se considera un eslabón importante con muchas otras actividades económicas, pero también uno de los más vulnerables a eventos climáticos extremos como sequías, inundaciones, tormentas y huracanes.
Durante el foro “Ganadería Bovina Sustentable: Una oportunidad para enfrentar el cambio climático”, el titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), Víctor Villalobos Arámbula —quien presidió este encuentro—, señaló que unas 109 millones de hectáreas del territorio nacional son empleadas para la producción de ganado en nuestro país.
Por ello, el funcionario federal explicó que el manejo sostenible del sector pecuario es un aliado para la conservación de los recursos naturales, pero también para la mitigación de los efectos del cambio climático, siempre y cuando implementen prácticas sustentables en la gestión de los sistemas productivos.
Por ello, urgió a los productores a tomar las medidas necesarias para atender al tema del cambio climático como una prioridad, ya que las condiciones climáticas actuales han cambiado, son cada vez más impredecibles y han obligado a los productores a adaptarse a marchas forzadas y con elevados costos económicos.
Durante su participación, la directora general de Políticas, Prospección y Cambio Climático de la Sader, Sol Ortiz García, dijo que si bien las actividades agropecuarias son parte del problema, también pueden ser un factor para la solución que además reduciría las brechas de pobreza y desigualdad que ha acelerado el propio cambio climático, con efectos palpables: el aumento de la temperatura, sequías, ciclones más potentes, lluvias más intensas y aparición de plagas y enfermedades que afectan los rendimientos de los cultivos y la actividad ganadera.
El impacto de la sequía y las altas temperaturas en el abasto alimentario
De acuerdo con el Consejo Nacional Agropecuario (CNA) el cambio climático, la sequía y las olas de calor ya han puesto en riesgo la seguridad alimentaria en el país, pues han comenzado a escasear algunos alimentos, pero también ha aumentado el precio de los insumos agrícolas en México y el mundo, o bien se requieren mayores cantidades para producir.
El CNA agregó que el aumento de las temperaturas ha impactado la producción de alimentos en todo el mundo, especialmente en la agricultura, mientras la sequía y las olas de calor afectan la calidad y los rendimientos de los cultivos cíclicos y perennes, lo que además ha provocado una caída en la oferta y aumentos en los precios.
Consulta el artículo completo en nuestra edición noviembre-diciembre de 2000Agro
Fotografía: pxhere.com
