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“Tenemos muchos recursos
disponibles, pero nuestra alimen-
tación está muy limitada y mu-
chas veces no los conocemos.
En algunos casos están en una
situación más extrema porque
la gente deja de consumirlos, in-
cluso dentro de las comunidades
ya no los comen y por eso están
en un riesgo nutricional mayor”,
lamenta Mahelet Lozada.
Comida de pobres
Este “desdén” por las hierbas tie-
ne un origen más antiguo que la
llegada de la comida industriali-
zada a nuestro país. Los quelites
históricamente son considera-
dos, de acuerdo con la investiga-
dora, un platillo inferior, el último
recurso cuando no hay algo más
que comer:
“No siempre el agricultor tiene
conciencia de la importancia de
los quelites, porque es conside-
rado como el ‘alimento de los po-
bres’, lo último a lo que recurren
para comer cuando tienen pér-
didas en sus cosechas de maíz.
Entonces no están bien vistos
porque tienen este sesgo cul-
tural. Pero últimamente parece
que están de moda. Los gran-
des restaurantes ofrecen platillos en donde
el ingrediente principal o un ingrediente prin-
cipal es el quelite”, indica.
“Si vas a los mercados de la Ciudad de Mé-
xico no los puedes encontrar, pero si vas a
lugares más alejados, la gente los consume
mucho y tienen un aporte nutricional muy im-
portante en la dieta, pero yo digo, pobre de
los que no los comen porque no están bien
nutridos”, agrega por su parte la investigado-
ra de la UNAM.
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