Agroindustria

Alimentos balanceados: ¿Industria en crisis?

El sector productor de alimentos balanceados tiene un bajo perfil, porque se desconoce el peso tan importante que representa para el país. Se trata de una industria que produce alimentos para animales, pero que finalmente serán consumidos por el ser humano.

Esta industria, que además de elaborar alimento para ganado, cerdo y pollo, también lo hace para la acuacultura (granjas de camarón, tilapia o trucha), se encuentra en una encrucijada: el incremento en los costos de electricidad y gas está golpeando a las empresas del ramo, que se niegan a elevar sus precios para no afectar a la población consumidora.

A este problema, hay que agregarle la existencia de grandes obstáculos, que dificultan la compra de maíz amarillo en el exterior.

La mayoría de la producción de carne de res, cerdo y pollo, así como leche, huevo y demás proteínas animales que consume la población mexicana, tienen en sus costos un contenido del 60 por ciento de alimento balanceado y si éste se ve afectado, el precio final también.

En la actualidad, las empresas del ramo tienen una capacidad para producir cerca de 30 millones de toneladas métricas, aunque para este año sólo elaborarán 23 millones de toneladas, según cálculos de Antonio Pedroza Martínez, presidente ejecutivo de Malta Cleyton y de la Asociación Nacional de Fabricación de Alimentos Pecuarios Balanceados, AC.

La mayoría de los porcicultores, los avicultores y los engordadores bovinos no están en condiciones de soportar ningún aumento en sus costos en los productos finales y además no podrían contener la presión que se ejerce sobre ellos al incrementarse las importaciones de carne provenientes de Estados Unidos. La descapitalización de los ranchos es una realidad que está presente en la vida cotidiana, advirtió Pedroza Martínez.

Las empresas del sector dan empleo a más de 45 mil personas de manera directa y a unas 200 mil de forma indirecta.

Necesidades de la industria

El talón de Aquiles de la industria productora de alimentos balanceados es el abasto de insumos extranjeros necesarios para poder operar, debido a que el sector agrícola mexicano no produce los suficientes granos forrajeros y pastas oleaginosas (como la soya), que sostienen una producción cercana a las 23 millones de toneladas de alimento. El problema es que la industria utiliza, fundamentalmente, maíz amarillo y sorgo, además de la pasta de soya.

Para responder adecuadamente a lo que necesita el país, se requieren 17 millones de granos forrajeros y otras importantes cantidades de insumos y en México sólo se producen seis millones de toneladas de sorgo y alrededor de 500 mil toneladas de maíz amarillo.

Mientras el sector pecuario ha presentado crecimientos muy importantes (4 por ciento anual), por encima del crecimiento de la población, el sector agrícola prácticamente no ha crecido.

Afectar el ritmo natural de las importaciones que se tienen que llevar a cabo es un peligro latente y se corre el riesgo de encarecer la cadena productiva. Otro problema incubado es el político, porque mientras lo que le conviene a la industria es importar el grano más barato para poder tener los alimentos para animales más económicos y por consecuencia un producto final barato, algunas visiones miopes de líderes políticos del campo quieren imponer aranceles a las importaciones de maíz amarillo o lo que es peor, que no se importe el producto.

De hecho, muchas empresas se han visto obligadas a importar sorgo, que tiene menor contenido nutricional y que tiende a subir de precio por abuso de los productores estadounidenses. De todas maneras se van dólares porque hay que importar el sorgo, es más caro y afecta al producto final en México.

Una consecuencia lógica de esta situación ha consistido en que se torna más atractivo importar alimentos para animales, obligando a los fabricantes nacionales a abrir la red de distribución al producto procedente de Estados Unidos, principalmente.

Repetición de esquemas

El esquema es una repetición de lo que ocurrió en las industrias juguetera y textilera, que no pudieron defenderse de la entrada indiscriminada de importaciones. Se trata de empresas que lucharon durante décadas para construir sus propias redes de distribuidores. El riesgo consiste en que la red podría ponerse al servicio de los importadores.

Mientras tanto, hay dos empresas que dominan el mercado. Por un lado está MaltaCleyton, empresa con presencia en México desde hace 52 años que cuenta con una red de 850 distribuidores en toda la República Mexicana y produce 600 mil toneladas de alimentos balanceados, por un valor de aproximadamente 160 millones de dólares al año. De dicha producción, 500 mil toneladas son vendidas a productores pecuarios y el resto es para acuacultura, para mascotas y especialidades como caballo, conejo, avestruces, gallos de pelea y codornices.

Por otro lado destaca Purina, empresa que produce también alimentos balanceados para animales en cuatro continentes y en 13 países. La firma también posee una importante red de distribuidores que cubren cerca de 40 mil puntos de venta en todo el mundo. Más de dos millones de ganaderos y granjeros son beneficiados con los productos de alta calidad de Purina.

Además, Purina ofrece soluciones concretas a las necesidades de los clientes, mejorando la nutrición animal, así como desarrollando programas de investigación y poniendo en marcha servicios concretos e innovadores. Por más de 100 años, Purina tiene como prioridad atender las necesidades cada día mayores de los clientes, gracias a sus programas de investigación y desarrollo tecnológico y por contar con un equipo muy profesional.

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