Agroindustria

Alimentos orgánicos, tendencia para 2006

Tal vez usted ya haya visto en los supermercados espacios exclusivos para los llamados alimentos orgánicos, con etiquetas y sellos que garantizan su autenticidad. Algunas verduras, como el cilantro, ya se ofrecen cortadas. En el caso de esta planta aromática, no se incluye la raíz y sus hojas son más grandes de lo normal.

Los productos orgánicos están muy ligados al cuidado de la salud y a la preservación de la ecología y marcan la tendencia mundial de hoy, cuando hay más conciencia sobre la importancia de la nutrición y el respeto por la naturaleza.

Para producir este tipo de alimentos, antes se deben «lavar» las tierras, para retirar cualquier traza de productos químicos, como plaguicidas.

Por fortuna, después de tantos años de estarse difundiendo los efectos nocivos de los agroquímicos para el productor, el consumidor, la tierra y las aguas, aquéllos empiezan a desecharse. Incluso los chefs han apoyado abiertamente los productos orgánicos porque han comprobado que tienen mejor aroma y sabor.

Sin embargo, ha sido largo el camino para descubrir los efectos que pueden tener en la salud, por ejemplo, los plaguicidas. En México se estudió hace años la producción lechera.

Las vacas se alimentaban con productos vegetales cultivados en campos que se protegían con plaguicidas químicos. Esto se reflejaba en la calidad de la leche y la carne bovina, que además de restos de tales plaguicidas, contenían hormonas (que se suministraban a las vacas para incrementar su peso) y hasta antibióticos, para combatir las infecciones de los animales.

Por citar sólo un efecto, los médicos comprobaron que ciertos pacientes no reaccionaban ya a los antibióticos que les prescribían, porque se habían vuelto inmunes a ellos.

Nuestro país ha sido uno de los que con más dinamismo se ha dedicado a producir alimentos orgánicos en el mundo (el primer lugar lo tiene Italia). Esto se debe, sobre todo, a que es exportador de frutas y verduras.

La agricultura orgánica utiliza insumos naturales y prácticas especiales. Por ejemplo, emplea como abono compostas (basura orgánica procesada) y los llamados abonos verdes (procedentes de hierbas), recurre al control biológico de las plagas (mediante insectos benéficos) a la rotación de cultivos y al uso de repelentes y fungicidas a partir de plantas y minerales. En cambio, prohíbe el uso de pesticidas y fertilizantes químicos.

El único punto negativo está en la economía: los alimentos orgánicos cuestan entre 20 y 30 por ciento más que los cultivados de forma convencional.

Fuente: El Universal

Comentarios

comentarios

Siguenos!

Países que nos están viendo


Suscribete al Boletin