Agroindustria

Anuncia Semarnat requisitos para cultivar maíz transgénico

El desarrollo de cultivos experimentales de maíz transgénico podría empezar en poco tiempo, ya que tan sólo se requiere el permiso de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) y un dictamen ecológico emitido por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

Aclaró lo anterior el titular de la Subsecretaría de Fomento y Normatividad de la Semarnat, José Ramón Ardavín Ituarte, luego de que la Comisión Federal de Mejora Regulatoria (Cofemer) rechazó hace unas semanas un acuerdo presentado por las dos dependencias, en el que se disponían lineamientos del denominado régimen especial de maíz, lo cual ocasionó protestas de organizaciones ambientalistas.

El argumento de la Cofemer para rechazar el documento fue que no había fundamento legal para emitir ese acuerdo, debido a que la Ley de Bioseguridad y Organismos Genéticamente Modificados ya determina el régimen y enuncia sus características. En consecuencia, si las solicitudes que se presenten acreditan el dictamen ambiental y los autoriza la Sagarpa, se podrán llevar a la práctica.

A principios de año la propia Sagarpa emitió un comunicado en el que anunció que el citado régimen especial de maíz debía elaborarse antes de que se autorizaran pruebas experimentales del grano, como el Proyecto Maestro de Maíz coordinado por Luis Herrera Estrella, estudioso del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional.

Este proyecto está previsto realizarse en campos experimentales del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) con semillas de las transnacionales Monsanto, Dow AgroSciences y Pioner Dupont. El plan había sido autorizado el año pasado y después el permiso fue revocado con el argumento de que antes debía elaborarse el régimen especial de maíz.

Ardavín Ituarte puntualizó que en la ley se establecen sistemas de permisos, registros y de información; en el artículo 2, fracción 20, se habla del régimen especial de maíz, y se menciona que se debe hacer la definición de centros de origen y diversidad genética actuales y para ello, expresó el funcionario, “se tienen que hacer acuerdos con la Sagarpa para su establecimiento”.

Precisó que el régimen especial constituye “la evaluación” para definir si es posible afectarse el centro de origen y diversidad de maíz. Agregó que tanto la Semarnat como la Sagarpa, junto con el INIFAP, la Comisión Nacional para el Uso y Conocimiento de la Biodiversidad y el Instituto Nacional de Ecología van a comenzar un amplio estudio para determinar los centros de origen y diversidad genética que aún existen.

En entrevista, agregó el funcionario que “estamos conscientes de la importancia de proteger los recursos genéticos originarios del país, totalmente conscientes de su importancia y de fomentarlos”.

Lugares precisos de las pruebas

A la pregunta de si existen presiones de científicos y comerciantes para que se hagan los cultivos de maíz, señaló que “lo importante es hacer los centros de origen y estamos en proceso”, pero precisó que mientras esto ocurre, los expertos jurídicos han determinado que para efecto de algunos experimentos sólo se requiere un estudio de los lugares precisos donde se desarrollarán las pruebas y que tengan todas las condiciones de bioseguridad.

Es decir, precisó, para la experimentación no es necesario que exista la determinación de todos los centros de origen y diversidad genética, ya que se trata de “algunos” experimentos y únicamente en la fase de pruebas. Como ejemplo, dijo que si hay un proyecto experimental para Chihuahua, se debe tener la información del lugar donde se hará, porque sin ella no puede hacerse el dictamen ambiental, y para evaluar un lugar no se necesita saber lo que sucede en cuanto a diversidad genética en otros estados.

Puntualizó que el tema de los permisos es competencia de la Sagarpa, mientras que Semarnat sólo da un dictamen vinculante respecto de los efectos ambientales, y antes de una siembra comercial debe hacerse una prueba experimental. “La finalidad es ver si hay un flujo genético que afecte los centros de diversidad y de origen.”

En relación con los centros de origen, aseveró que se requiere un estudio de todo el país y se buscará hacerlo a la brevedad; a partir de él se definirán las áreas donde se podrán hacer las siembras con transgénicos y se especificarán las medidas de bioseguridad que deberán seguirse.

Fuente: La Jornada

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