Agroindustria

Arysta LifeScience se prepara para el inicio de la temporada de papa

2000 Agro/Redacción

La papa es el alimento más universal. Pertenece a la especie de las llamadas plantas herbáceas y al género Solanum. Ha representado por más de nueve mil años una fuente de alimento rica en carbohidratos para el ser humano. Esta práctica la comenzaron habitantes del Altiplano Andino en la región fronteriza entre Perú y Bolivia. Con la llegada de los españoles al continente americano, el comercio de la papa se extendió por todo el mundo permitiendo que su consumo se generalizara.

Es tan nutritiva, que una persona podría vivir exclusivamente comiendo papas, si las complementa con leche. En México, la papa es considerado un alimento perteneciente a la canasta básica. El inicio de la temporada de papa representa una importante fecha en el calendario agropecuario mexicano, gracias a las condiciones climatológicas favorables del país para su siembra. La planta requiere mucha humedad de forma regular siendo entre los 20 y 25°C la mejor temperatura para el crecimiento de los brotes.

Según datos de la Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero (FND), el cultivo de la papa alcanza un valor cercano a los 11 mil millones de pesos (mdp), cifra que lo coloca como el séptimo cultivo más importante del país. El volumen de producción de papa se ubica entre 1.7 y 1.8 millones de toneladas.

Su cultivo es común en casi todo el país al producirse en 22 estados de la República, ocupando más de 60 mil hectáreas de superficie cultivadas, concentrándose en las zonas norte y noroeste del país. Los estados de Sonora, Sinaloa, Nuevo León y Veracruz lideran las estadísticas de producción y valor generados al sumar el 59.2 y 64.9 por ciento, respectivamente.

El destino de la producción de papa en el país es principalmente el consumo nacional. De las 1.7 millones de toneladas producidas, solo cerca del 1.6 por ciento se dedicó al mercado de exportación: papas preparadas sin congelar (93 %) y papas frescas (6 %). En contraste, se importan más de 230 mil toneladas: papas preparadas congeladas (54 %), frescas (41 %) y papas preparadas sin congelar (5 %).

En 2016, se registró un consumo per cápita de 14.9 kilos. Sin embargo, el factor precio puede llegar a impactar el consumo de la papa. La volatilidad del precio ha sido una constante en los últimos cuatro años. Las reglas del mercado son las variables que provocan dicha volatilidad. En cuanto a factores que inciden en su producción están los eventos climatológicos como sequías o inundaciones.

Pero sin duda, la problemática de las plagas y enfermedades del cultivo de la papa es el principal factor que resulta en la disminución de la producción total. El cultivo de papa es afectado por numerosos organismos que pueden llegar a causar graves daños económicos a los productores, en algunas ocasiones afectando el rendimiento y la calidad de las cosechas, mientras que en otros casos pueden llegar a provocar la pérdida total de la cosecha.

Los principales patógenos son insectos, hongos, bacterias, nematodos y virus los cuales dañan hojas, tallos, tubérculos; alteran el crecimiento de las plantas; causan pudriciones o malformación y afectan la apariencia comercial y calidad culinaria de los tubérculos.

Por tanto, para reducir el daño de las plagas y enfermedades del cultivo de papa, es necesario implementar un manejo de protección y nutrición integrado de los cultivos que utilice varias medidas de prevención y control; que permita reducir los costos de producción por el menor uso de plaguicidas sin que disminuya la productividad, sin afectar el medio ambiente y sin que las plagas se hagan más agresivas.

Es necesario que el sistema de protección brinde múltiples beneficios, incluyendo su capacidad de ajuste a una amplia gama de cultivos, ya sean extensivos o de especialidades, ofrecer tiempos de aplicación flexibles adecuados para un manejo integrado del control de plagas, entre otros.

Este tipo de métodos de protección y nutrición para los cultivos de papa son indispensables para lograr la salud vegetal de las siembras, la cual es la nueva filosofía enfocada en cuidar todo el ciclo del cultivo de forma integral, desde la siembra hasta la cosecha, desde el tratamiento de semillas hasta la mesa de los consumidores. Esta filosofía representa una sinergia entre la protección de los cultivos de papa y las más modernas tecnologías que estimulen y fortalezcan la planta.

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