Agroindustria

Plantea la AMCI crear parques agroindustriales en agricultura protegida

Durante una reunión con el subsecretario de Desarrollo Rural de la Sagarpa, Antonio Ruiz García, integrantes del organismo insistieron en la necesidad de aplicar la Norma Oficial Mexicana para la construcción de invernaderos, que está diseñada para que cada región establezca el tipo de invernadero que requiere.
Francisco Chaín Castro, integrante de la AMCI, expuso que existe la necesidad de reconversión de la agricultura tradicional a la protección de cultivos, ya que de seguir en esta tesitura de producir sin tecnología, capacitación y el apoyo de herramientas para el control del medio ambiente, los proyectos van directo al fracaso.
En torno a la agricultura protegida —añadió— debemos integrar a productores, proveedores, prestadores de servicios, dependencias gubernamentales, instituciones educativas, de investigación y transferencia tecnológica, comercializadores, cadenas comerciales y centrales de abasto, es decir, integrarnos en forma vertical y horizontal.
Frente a Antonio Ruiz García, el comisario de vigilancia de la AMCI se preguntó: ¿Cómo vamos a lograr ayudar al productor cuando los apoyos y recursos son para hacer microdesarrollos? Consideró que de esta manera estamos creando “pequeñas ilusiones” y llevando al fracaso desde el inicio los proyectos por el tamaño de las superficies que se apoyan.
También se cuestionó en el sentido de ¿por qué pulverizar estructuras por todo el territorio mexicano sin la integración de este excelente diseño de negocio? Por eso propuso el desarrollo de parques agroindustriales, donde en un proyecto armónico se puede trabajar conjuntamente gobierno, productores y asociaciones en la creación de cooperativas de producción rural, empresas integradoras o sociedades de producción. Hay que integrar desde el tipo de estructura que se necesita, regular el costo, la infraestructura periférica, cada paquete tecnológico y su costo de producción, las exigencias sanitarias y la comercialización de los productos hacia los mercados que queremos llegar, dijo.
De esta manera, puntualizó, el gobierno podrá apoyar zonas más compactas y tener una correcta supervisión en la aplicación de recursos, apoyar en la “justa mezcla” al sector productivo experimentado y al sector social. Subrayó que los proyectos a fondo perdido no son viables, por lo que hay que apoyar a aquellos que compitan con mercados selectos y exigentes.
Invitó al gobierno a dirigir sus esfuerzos haciendo eficientes los apoyos, generando y apoyando la generación de riqueza del campo y no continuar haciendo programas que nada más “embellecen o realzan gestiones”.
Francisco Echain apuntó que la reconversión del campo puede ser realmente exitosa, por lo que recalcó: “no hagamos pequeñas fábricas de ilusiones, vamos llevando a cada estado a competir con la industrialización agrícola planeada, autosuficiente y generadora de riqueza”.
En su intervención Antonio Ruiz García hizo referencia a la tasa de crecimiento notable que se observa en la construcción de invernadero, que paradójicamente ya no se está dando en la región noreste del país donde tradicionalmente se concentraba, sino en los estados del centro y sur.
Una segunda tendencia —delineó— es que estas estructuras están creciendo con pequeños productores, por lo que hay que definir cuál es la “escala mínima crítica”, ya que reconoció que una dispersión exagerada de costos de inversión puede no darle viabilidad al sector, pero en algunos estados la agricultura protegida en unidades de producción pequeña tiene sostenibilidad, porque las condiciones son distintas. “En algunos casos la agricultura protegida funciona en escalas pequeñas relativamente bien.”
En este sentido hizo hincapié en que debe diseñarse una tipología de la agricultura protegida, que aún no existe, junto con la norma en la materia.
El fondo que aprobó el Congreso —explicó— para este tipo de agricultura establece limitantes, ya que tenía que ser para zonas de mucha marginalidad, productores pequeños, lo que consideró válido porque es ahí donde vale la pena que el apoyo de la inversión pública se canalice; el productor medio a lo mejor requiere otro tipo de apoyo, no tan intensivo.
Antonio Ruiz indicó que la inversión del gobierno federal en agricultura protegida canalizada de 2000 a 2006 fue cercana a los dos mil millones de pesos —una quinta parte de la inversión destinada al sector—, pero en una evaluación que se hizo preocupó mucho que 40 por ciento de las inversiones estaban en desuso, detenidas, debido a cuestiones como asistencia técnica, capacitación al productor y la organización de los productores para procesos más complejos, otro punto era el enfoque de mercado.
Gilberto Gómez Pliego, presidente de la asociación, enfatizó que los invernaderos producidos en México están más adaptados a las condiciones de cada zona y resaltó la necesidad de tener estadísticas para saber la dimensión de la agricultura protegida en nuestro país.

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