Con la comida desperdiciada anualmente en el mundo podría alimentarse a 2 millones de personas
Cada año un tercio de la producción mundial de alimentos para consumo humano se pierde o se desperdicia, esto equivale a 1.3 toneladas de alimentos. La cantidad de comida desperdiciada es equivalente a la mitad de la cosecha anual mundial de cereales, aproximadamente 2.3 millones de toneladas.
Europa y América del Norte desperdician en promedio entre 95 y 115 kilogramos de comida por persona anualmente. Por su parte en África Subsahariana, Asia Meridional y Asia Sudoriental se desperdician entre seis y 11 kilogramos de comida por persona por año.
En los países en desarrollo el 40 por ciento de esta pérdida se produce durante la cosecha y en la etapa de procesamiento. Mientras que en los países industrializados otro 40 por ciento de la pérdida ocurre en los ámbitos minorista o del consumidor.
Estados Unidos gasta 218 mil millones de dólares, es decir, 1.3 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), en la producción, transporte y descarte de alimentos no consumidos. Reducir este desperdicio en 20 por ciento se traduciría en 100 mil millones de beneficios económicos. En todo el mundo 1.4 mil millones de hectáreas de tierra se utilizan para producir la comida que es desperdiciada, esto equivale a un área mayor que China.
Con la comida en buen estado que se ha perdido, desechado y desperdiciado se podría alimentar a dos millones de personas, es decir, más del doble de personas que sufren de desnutrición en el mundo. Asimismo, si se ahorrara una cuarta parte de la comida que actualmente se desperdicia se podría alimentar a 870 millones de personas que padecen hambre.
Por otra parte, la pérdida y desperdicio de comida son responsables del 8 por ciento de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. El volumen de agua utilizado para producir la comida desperdiciada equivale a tres veces el lago de Ginebra.
Por lo anterior la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) invita a adoptar la cultura del no desperdicio como forma de vida con acciones como comprar en tiendas locales y apoyar programas de agricultura comunitaria para evitar que los alimentos viajen kilómetros innecesarios, así como elaborar composta doméstica para evitar hasta 150 kilogramos de pérdida de comida por hogar al año.
Información e imágenes: FAO
