Análisis

Sostenibilidad agrícola y energía renovable: no es una utopía

Los nuevos esquemas de explotación para la obtención de energía podrían considerar la posibilidad de modificar las redes y modos de transporte de las mercancías, en particular de los alimentos, los esquemas de producción agrícola, las dimensiones y estructuras industriales dedicadas a la transformación de alimentos y hasta la organización del trabajo, tanto en el campo como en las ciudades.

La utilización de la energía solar, y de la fuerza del agua y el viento ya es una realidad en distintos países. Para promocionar el uso de fuentes de energía renovable, algunos gobiernos han diseñado diversas medidas tales como:

•    Facilitar las condiciones de inversión, a través de una mejora en el sistema impositivo.
•    Soporte de las iniciativas tecnológicas en el campo de la investigación y el desarrollo.
•    Fomentar las iniciativas de desarrollo de mercado a fin de reducir las barreras y crear una demanda que incentive a las tecnologías de energía renovable.

La energía solar es aprovechada para generar electricidad y calentar el agua a través de esquemas de captación. Alternativas a escala pequeña y mediana tales como paneles de energía solar, sistemas de almacenamiento y purificación de aguas de lluvia o recuperación de calor, ofrecen periodos de retorno de inversión que van de entre uno a siete años.

En varios países, esta fuente de energía permite el abastecimiento adecuado de ranchos, granjas y complejos agrícolas. Aunque las celdas solares se conocen desde 1800, se han hecho populares debido a nuevos vehículos que utilizan dicha tecnología para convertir el hidrógeno (fuente de energía renovable) en energía y su reducto en vapor de agua.

En este sentido, para el campo están siendo utilizados vehículos con motor eléctrico propulsados por una batería almacenadora. Paneles solares funcionan como fuente de poder fotovoltaico para recargar la batería de este vehículo, que puede ser utilizado tanto en el transporte de granos, como para fumigar, irrigar, recolectar y hasta como medio de transporte carretero ligero.

Este tipo de aplicación de energías renovables permite asegurar energía en zonas que no cuentan con red electrificada y abren la posibilidad de nuevos desarrollos en el campo, en forma independiente a las urbes. Un beneficio adicional es que evita la generación de gases contaminantes al medio ambiente.

Otras fuentes, como la energía de biomasa que se obtiene de la quema de materiales derivados de las plantas o los gases de desecho (que se recolectan de la descomposición de la basura, enterrada en un espacio sin oxígeno) ofrecen potenciales beneficios económicos para generar electricidad en el campo.

En Brasil una considerable parte del transporte urbano utiliza etanol de caña de azúcar, al que por su origen vegetal se le denomina biodiesel. Como dato interesante, el inventor del primer motor a combustión, el doctor Rudolf Diesel, consideró su funcionamiento basado en el uso de varios aceites, entre otros, el de cacahuates. En su visión, el nuevo medio de locomoción tendría a su vez que impulsar el desarrollo de la agricultura; mejor ejemplo del concepto de sustentabilidad no podríamos encontrar.

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