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Investigadores confirman factores agronómicos que determinan producción y calidad de la uva

Especialistas del centro de investigación Neiker–Tecnalia constatan que la productividad y calidad de la uva están estrechamente relacionadas con la variabilidad de las propiedades físicas del suelo

Derio, Vizcaya.— Un estudio realizado por el Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario —Neiker-Tecnalia— corroboró que en una misma parcela existen zonas con suelos de diferentes características, lo que causa diferencias reseñables en producción de uva y calidad de mosto.

De acuerdo con el instituto, conocer estas diferencias permite al viticultor realizar zonificaciones en su explotación con el objetivo de ajustar mejor las necesidades de fertilización, riego y tratamientos de la viña. De la misma manera, posibilita llevar a cabo una vendimia seleccionada elaborando lotes de diferentes calidades.

La investigación, liderada por la doctora en biología Olatz Unamunzaga, ha tenido como objetivo establecer, según las propiedades del suelo, una zonificación de una parcela de viñedo, así como estudiar el comportamiento productivo y de calidad de la viña.

Esta investigación se llevó a cabo en un viñedo de ocho hectáreas situado en Oyón (Álava, España), perteneciente a Bodegas y Viñedos Zuazo y Gastón. Los investigadores establecieron un muestreo de más de 190 puntos, repartidos de forma sistemática por las diferentes zonas de la parcela, cubriendo las diferencias en topografía y orientación.

Además de las propiedades del terreno, se midieron diferentes parámetros de vigor y productividad de las viñas, como el peso de madera de la poda, la producción por cada unidad de viña, el número y peso de los racimos, el peso de la baya y la calidad en el mosto.

El estudio de Neiker-Tecnalia determinó que los procesos erosivos del suelo influyen sobre la distribución horizontal y vertical de las propiedades del suelo, en particular, de la profundidad del mismo. La variabilidad de las propiedades físicas del suelo permitió identificar cuatro tipos de suelo:

A) suelo de deposición, con una profundidad superior a 110 cm y una distribución irregular de la materia orgánica en profundidad;

B) suelo de argilita, con una profundidad entre 85-100 cm, caracterizado por una capa arcillosa de color rojizo a 50-80 cm de profundidad;

C) suelo de limolita, con una profundidad de suelo entre 50-100 cm y un contenido de arcilla en profundidad de 270-380 g kg-1;

D) suelo de arenisca con una profundidad de suelo de 25-80 cm y alto contenido de arena en profundidad (300 g kg-1).

Según los especialistas de Neiker–Tecnalia, la zonificación realizada en el viñedo y los criterios productivos y ambientales que surgen de la misma permitirán establecer, con las necesarias adaptaciones a la especificidad de otras parcelas, buenas prácticas de manejo orientadas a alcanzar los objetivos de producción y calidad de numerosas explotaciones vitivinícolas.

Entre otros resultados, se ha comprobado que los suelos con mayor capacidad de retención de agua (deposición y suelo de argilita) fueron los que desarrollaron las viñas más vigorosas. La disponibilidad hídrica afectó a la producción por unidad de viña y al número de racimos en el suelo de deposición, aunque se observó que después de un año con una producción y número de racimos elevados, se producía un descenso considerable de estas variables en el año siguiente.

Asimismo, el estudio reflejó que las mejores condiciones para la obtención de un mayor grado alcohólico probable se dieron en años donde hubo una menor disponibilidad hídrica en el periodo de cuajado a envero (mediados de junio-finales de julio) y mayor disponibilidad hídrica en maduración (agosto-septiembre). Este efecto se reflejó claramente en los diferentes tipos de suelo.

La temperatura en el mes de septiembre previo a la vendimia fue uno de los factores que más influyó sobre el contenido de ácido málico en el mosto. Las altas temperaturas favorecieron la combustión del ácido málico y, por tanto, la pérdida de este ácido. Sobre la temperatura del racimo influyeron la temperatura del aire y el sombreamiento del mismo.

Por su parte, los valores de los parámetros relacionados con el hollejo —como los antocianos, índice de polifenoles e intensidad de color—, fueron mayores en el suelo de arenisca, con una intensidad de color hasta cuatro puntos mayores que en el resto de suelos.

2000 Agro

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