Análisis

México ha hecho del café algo muy suyo

El café no es un producto originario de México, sin embargo, ha sido cultivado con mucho aprecio por las sabias manos de nuestros pequeños productores

Ciudad de México, 4 de octubre de 2019.— Este cultivo llegó a México a finales del siglo XVIII, desde entonces poco a poco ha conquistado el gusto y el paladar de muchos, pero además esta actividad es eje fundamental en el desarrollo económico y social del campo mexicano, tanto que en todo el mundo tres de cada 100 toneladas de café verde son mexicanas.

Los primeros en adoptar la cultura del café en México fueron los indígenas, quienes adaptaron este maravilloso grano a su cultivo tradicional desarrollando técnicas entre las que sobresale la producción bajo sombra, en donde la planta se desarrolla en plena libertad, sin embargo un riesgo constante es el ataque de la roya, pero los extraordinarios cuidados artesanales de los pequeños y medianos cafetaleros han podido conservar la originalidad del aromático.

Por otra parte, la importancia económica del café para los pueblos originarios que lo cultivan es relevante ya que este grano forma parte de los productos estrella de exportación lo que se traduce en un aumento de ingresos para las comunidades productoras; asimismo, desde el punto de vista cultural, tenemos que alrededor de este cultivo existe una gran riqueza y diversidad de valores, creencias y conocimientos que es necesario reconocer.

Ahora bien, podemos decir que los pequeños cafeticultores de México (especialmente los indígenas) nunca han dejado solo al café, pues siempre lo han sembrado acompañado de numerosas especies de plantas, hasta muy recientemente se comenzaron a utilizar sistemas cafetaleros modernos, especializados y sin cubierta forestal, lo que permite diferenciar de manera general dos principales modalidades de producción: café bajo sombra y café a sol.

Por todo lo anterior, el gobierno de México apoya a los productores de café con:

El Plan de Atención al Café para pequeños productores que con estímulos económicos, por medio del padrón de Producción para el Bienestar, busca:

Incrementar su productividad. Proveer la infraestructura, equipamiento e insumos, y asistencia técnica, para producir plantas de alta calidad genética y resistentes a la roya.

Repoblamiento de cafetales con variedades resistentes a la roya, mejoras en las prácticas culturales acompañadas de instrumentos de manejo de riesgo como coberturas de mercado y equipamiento que mejoren la calidad.

Activación del Programa de Vigilancia Epidemiológico Fitosanitario del Cafeto (PVEF-Cafeto) con énfasis en la roya de cafeto.

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